No hace mucho se implantó en todas las categorías de fútbol el Saludo Fair Play de FIFA antes de los partidos. Consta de tres partes. En la primera los jugadores salen juntos del túnel de vestuarios tras el árbitro y se colocan en horizontal mirando hacia el palco principal. Los equipos a cada lado de los árbitros comenzando por los capitanes. A continuación los jugadores aplauden al público en señal de agradecimiento.

La segunda parte consiste en un saludo entre ambos equipos y los árbitros en señal de respeto. El equipo visitante comienza a saludar a los árbitros y después a todos los jugadores del equipo local. Cuando han terminado, los jugadores del equipo local saludan a los árbitros. La última parte consiste en un saludo entre capitanes y árbitros antes del sorteo inicial.

Cuando se interrumpen las ligas en Navidad, se celebran torneos amistosos sobre todo en fútbol base. En uno de estos torneos televisados, uno de los equipos ofreció una imagen lamentable durante el saludo protocolario.

Los jugadores del equipo que actuaba como visitante no saludaban dando la mano a los contrarios, sino que les golpeaban las manos con fuerza excesiva en una actitud muy agresiva fuera de lugar en el deporte. Se trataba de un equipo infantil de un club puntero de la Primera División.

Cuando los jugadores hacen eso es porque alguien con título de entrenador se lo ha dicho o permite. Eso no es fútbol. Eso no es formar a los jugadores. Mal por el club, mal por la persona que hace de entrenador y mal por las familias que lo consienten.

Para ganar no vale todo. Ganar no es lo más importante. Lo que de verdad importa es la formación de los niños y niñas que se inician en el fútbol, y con estas actitudes no se consigue nada bueno.

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