Análisis

aNA SOFÍA PÉREZ- BUSTAMANTE

Fistro pecadorrr

Muchos andaluces se indignaron con que Chiquito se hubiera convertido en un iconoPara muchos españoles pretenciosos, Chiquito podía ser la bofetada de Diógenes

Murió Chiquito de la Calzada y todo un país se ha deshecho en elogios hacia él y su peculiar forma de hacer humor. Hasta el rey ha puesto un twitter de pésame.

Cuando uno se hace mayor parece que todo sucedió ayer, y luego resulta que de ese "ayer" puede que nos separen diez, quince, veinte años. Bueno, pues me parece que fue ayer cuando escuchaba yo a muchos andaluces indignadísimos con que Chiquito se hubiese convertido en algo así como en un icono andaluz. "Ese señor no nos representa". "Ese señor es bochornoso". Es lo que tiene la tele con los humoristas: que, cuando los descubre, los explota y estruja hasta la náusea, más aún cuando hacen un humor popular, que en España a menudo es el humor andaluz (digan si no los Morancos). Es curioso esto del humor. Estuvo aquí hace poco Andrés Barba dando una conferencia sobre el tema de su último ensayo: "El humor caníbal". Básicamente planteaba Barba que el humorista es, desde Diógenes el cínico, aquel que pone el contrapunto realista y pedestre a las grandes especulaciones de los idealistas. Así, cuando Platón definió al hombre como "bípedo implume", Diógenes cogió un pollo vivo, lo desplumó y lo lanzó en medio del ágora diciendo: "ahí va un hombre". Pienso en el humor de Chiquito, con sus saltitos de "moon walker" de tablao, sus gritillos gangosos, sus patillas cortijeras, sus historias interminables desflecadas en comparaciones imposibles ("trabaja menos que el sastre de Tarzán") y esas afirmaciones surrealistas donde convivía la pretenciosidad de ambulatorio con el léxico del pecado ("duodeno sensuá", "fistro pecadorrr"). Para la España pretenciosa (los que se las dan de cultos, mundanos, millenials, integrados en la Unión Europea y tal) podía Chiquito ser la bofetada de Diógenes: ese pollo desplumado en mil farras cansinas, desvergonzadamente risueño, imprevisible, exitoso y analfabeto. Nada menos que todo un hombre malagueño sobreviviendo al desprecio de Diógenes y de Platón como se sobrevive en la España de las vías muertas del desarrollo: a golpe de risa, a golpe de suerte, a golpe de tos.

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