Análisis

José Joaquín León

Creer en la sorpresa

El Cádiz no se tomó totalmente en serio la posibilidad de estar en los cuartos de final

Esta eliminatoria la ha ganado el Sevilla por 4-1. En teoría, ha sido bastante superior. Sin embargo, como se vio en el partido de vuelta, el Cádiz se lo ha puesto mucho más fácil que al Betis. Faltó suerte en algunos remates, en ciertos momentos. Pero sobre todo les faltó creérselo. No se puede decir que el Cádiz tirase la eliminatoria, pero tampoco se tomó totalmente en serio la posibilidad de estar en los cuartos de final. Empezando por el banquillo. Álvaro Cervera alineó a suplentes de suplentes y renunció a intentarlo más en serio. El Sevilla es superior, pero tras perder 3-5 ante el Betis ofrecía debilidades aprovechables.

En la alineación destacaba la presencia del canterano Sergio haciendo de Garrido. El joven luchó lo que pudo, con empuje y ganas, pero Garrido es el jugador de la Liga 1/2/3 que ha recuperado más balones. Sin él y sin el lesionado José Mari, atrás entran temblores. Eso lo sabía el Sevilla, que lo intentó pronto, pero Rubén Yáñez estuvo más entonado.

Una de las claves de esta eliminatoria fue el penalti que falló Salvi en Carranza. Otra fue el excelente disparo de Barral, en el minuto 15, que se estrelló en el larguero con Sergio Rico batido. Hubiera sido el 0-1 y la llegada de los nervios a las gradas de Nervión. Poco después Moha se plantó solo ante el portero internacional y chutó pésimamente, enviando el balón fuera con todo a su favor.

Ni Moha ni Aitor estuvieron a la altura de las circunstancias. En el caso de Moha va a menos, de modo alarmante. En el caso de Aitor puede que se haya desmoralizado, pero debe poner bastante más de su parte para volver a ser el extremo letal de la noche que eliminaron al Betis. También es verdad que no es lo mismo tener a Romera de acompañante de Barral que a Nico Hidalgo, a pesar de que lo intentó con profesionalidad.

Después de los errores, el Sevilla marcó a la media hora, gracias a Ben Yedder, en jugada con defensa blandita. A partir de ahí se vio otro partido. El Cádiz ya parecía entregado. Se terminó de entregar poco después del descanso, cuando Correa resolvió de cabeza un saque de esquina mal defendido. Esos dos fallos atrás también pesaron en el resultado final.

Ya no había nada que hacer. Sin embargo, con la entrada de Carrillo y de Alvarito, además del debut de Eugeni, se empezó a ver otro Cádiz. Crearon oportunidades ante la portería. Ayudaba el desplome físico del Sevilla. Volvieron los pitos del público. Marcó Alvarito un bonito gol, en el que Sergio Rico se quedó a media salida. Al extremo le faltó puntería después, tras plantarse solo, regatear al portero y escorarse demasiado para chutar. Ahí tuvo el Cádiz la dignidad del empate, para irse sin perder el partido.

En algunos momentos, pareció que el Cádiz tenía asumida su eliminación como inevitable. Aunque repasando algunas jugadas de ambos partidos, que han sido determinantes, y algunas decisiones técnicas de resignación, que también han influido, se llegará a la conclusión evidente de que el Cádiz pudo competir más y mejor esta eliminatoria para buscar otra sorpresa. Ahora ya no jugarán partidos los suplentes, y eso también hay que gestionarlo.

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