Un buen sabor de boca me había dejado la interesante conferencia que pronunció el pasado jueves el catedrático José A. Hernández en un acto organizado por el Ateneo sobre la poesía del ilustre chiclanero Antonio García Gutiérrez. Una importante aportación sobre una faceta menos estudiada y conocida del famoso autor romántico. Porque no es bulo ni leyenda considerarlo como poeta antes que el dramaturgo que luego llegó a ser. Y todo sin quitar en absoluto esa enorme y extraordinaria contribución que García Gutiérrez proporcionó no sólo al teatro de su época sino a toda la historia de nuestra literatura española.

Pero esta Chiclana posee y forma parte de su idiosincrasia esos rumores, bulos o leyendas que se escuchan sorprendentemente por muchos de sus lugares. Y no solamente ese tan conocido y que es sabido en otros sitios fuera de esta población, como es el poco cariño que se le tiene al viento cuando parece que procede de La Isla. Aunque la mayoría de las veces no es así, pues se cree que si no es el levante -tan familiar y tan corriente- ya es el otro viento que viene de allí y tan cerca.

Hablillas o patrañas que se oyen aquí, como eso también muy usado y rutinario que afecta a este Diario que mi lector tiene delante. Y es aquello tan sonado como déjame el Diario que voy a ver cuantas mentiras dice. Algo insólito en que se confunde la lectura con una apatía heredada.

Además de esa otra leyenda que afecta al gran Camarón de La Isla, el cual no es muy bien admitido por estos lares desde aquel trágico suceso en los Tres Caminos; aunque, menos mal, que tenemos aquí a otra figura indiscutible del flamenco como es Rancapino que pone orden en esta pendencia.

No obstante, para verdadero bulo o cuento sin fin, tenemos esa sempiterna obra del centro de Los Gallos; algo que no se empieza ni se termina nunca. Tanta promesa incumplida que, según la parlamentaria popular, la chiclanera Teresa Ruiz Sillero, denuncia la falta de inversión para este proyecto por parte de esa asusanada Junta. Una verdadera falacia, más que un simple bulo o leyenda.

Y ya terminando, mi despavorido lector, he cambiado ese buen sabor de boca al que hacía referencia al comienzo por un ineludible amargor; al conocer el fallecimiento reciente en La Isla de Manuel Amedey, un verdadero carnavalero que se recordará para siempre. Integrante y director de aquella famosísima chirigota o comparsa "Los pollitos mi compare", del lejano año 1981. Autor y director de famosos estribillos y letras que han hecho historia en el carnaval de esta gaditana provincia. Muerte que no es bulo ni leyenda, sino una triste realidad.

Mentiras, promesas, bulos o leyendas que, y no sé por qué será, me recuerdan a ese fantasma del tranvía que todavía sigo esperando.

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