Por las mañanas cuando vas por la calle, recién abierta, y te encuentras a otro vecino, es preceptivo decir ¡buenos días! Si pasas de largo y ni lo miras, eres un mal educado o un saborío o te las das de almirante. Lo mismo ocurre de noche. Vas por la calle y te cruzas con alguien y es de lógica decir ¡a las buenas noches! Si miras al suelo o al vacío sin decir ni pum, eres un tío raro o un enterao. Esto pasa en nuestros pueblos, que otra cosa será en las grandes ciudades, que nadie te conoce, ni tú conoces y si te da por saludar a diestro y siniestro te pueden tomar por loco.

Me he acordado del tema porque estaba leyendo un documento del siglo XVI en el que sucedió algo parecido, pero con peor resultado. Contaban que al pasar un vecino por delante de la casapuerta de otro, no dijo ni pío, ni se quitó el sombrero para saludar, lo que se tomó por un agravio, dando lugar a una reyerta incluso sacando las espadas. Esto de los sombreros era proverbial, todos usaban sombrero hasta hace poco tiempo y era de persona educada el destocarse cuando se cruzaba con otro. Cuentan que los entierros era un desfile de sombreros, todos con él y al pasar frente a los dolientes para dar la cabezá, había lógicamente, en señal de respeto, que quitarse el sombrero. A veces con el saludo sale el tiro por la culata. Hace algún tiempo se nos ocurrió poner un gran ¡ADIÓS! a la salida del pueblo escrito tras una tapia indicadora, en plan de buena despedida. Y la gente lo tomó a mal, interpretando como que se decía con mala idea "¡Adiós si te vas!"

Una vez fui a Seattle, costa noroccidental de USA, que estaba allí mi hija. Y paseando me sorprendió que yendo por la calle me saludó una muchacha muy sonriente, al poco otra igual y me pensé por un instante si sería yo Robert Redford y que, mira por donde, se podía ligar alegremente allí sin conocer a nadie… Y no, es que la gente de la ciudad tenía esta costumbre de saludar a todo quisque de esa manera, sin más transcendencia.

P/D Se me ha ocurrido el tema porque estoy ahíto del tema catalán. He cambiado e invito a todos ustedes a que mañana por la mañanita, cuando vayáis por la calle, digáis a toda persona que os encontréis ¡buenos días! Quizás a un solitario se le alegre el corazón viendo que hay alguien en el mundo que rompe su soledad.

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