Carbures, dedicada a la producción de elementos aeronáuticos y automovilísticos de fibra de carbono, es la mayor empresa salida de la UCA. Cuenta con 450 trabajadores en Andalucía y un millar en todo el mundo con una facturación declarada de 80 millones de euros. Su caso es digno de estudio porque durante su andadura se han producido una serie de acontecimientos que explican, de forma acelerada, hasta vertiginosa, cuál es el comportamiento de un experimento en su contacto con el mercado.

El experimento lo puso en marcha el profesor Manuel Galán partiendo de la idea de un alumno, Rafael Contreras. Todo empezó de modo sencillo, con el sistema anglosajón del 'family, friends and fools' (familia, amigos y tontos). Así obtuvo su primer capital, hasta que su puesta en funcionamiento llamó la atención de inversores más potentes, Invercaria y Univen, lo que les permitió acceder a su primer cliente, Airbus Military.

Con el proyecto ya arrancado y habiendo salido de los cristales protectores de la Universidad, de la incubadora, Manuel Galán se retira y deja volar solo a Contreras.

El éxito de la idea se apodera de ella, hasta el punto de que estuvo a punto de devorarla. Contreras piensa que si ha conseguido que una gran corporación como Airbus crea en su idea, también puede convencer a Boeing. Al fin y al cabo lo que ellos vendían era reducir el peso de los aviones y reducir peso en los aviones ahorra combustible, reduce costes. Pero para eso necesita más financiación y piensa en obtenerla a través de su salida a Bolsa. Lo hace al mismo tiempo que hace las maletas para recorrerse Estados Unidos.

El nombre de Carbures empieza a sonar, sobre todo porque Carbures hace porque suene mucho. Llega a oídos de un industrial catalán, José María Tarragó, que propone una alianza. Todas estas noticias suenan a gloria en el parqué y la cotización de la marca Carbures se dispara hasta índices insospechados. Acciones que se compraron a poco más de un euro se llegan a vender por 40. Algunos de los primeros inversores hacen caja. Mucha gente gana muchísimo dinero con Carbures sin que en realidad Carbures haya hecho algo que justifique el incremento del valor de la compañía. Se está creando una burbuja. Que estalla. Hay varios motivos, pero el principal es el escándalo Goex, una empresa que nada tiene que ver con ellos, pero que ha tenido un recorrido parecido con su venta de wifi a bajo coste. No era nada. Era mentira. Carbures sufre los rumores de que puede ser una segunda Goex y la cotización se desploma.

A partir de ahí los movimientos accionariales propiciados por el nerviosismo están a punto de poner fin a la aventura. Contreras decide retomar las riendas, echa mano de un aliado americano, Black Toro, un fondo de inversión especializado en empresas en crisis, y regresa a los orígenes: fibra de carbono. Sobrevive. Contreras, a día de hoy, no quiere ni oír hablar del mercado especulativo.

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