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Análisis

José Joaquín León

Alerta amarilla por despiste

En Carranza se está estropeando una posibilidad (quizás histórica) de ascender

Otro partido condicionado por el fuerte viento de levante, que el Cádiz no supo disputar. Desperdició otra gran oportunidad para ganar y asentarse en los puestos de fase de ascenso. Aunque se ha garantizado la permanencia, en Carranza se está estropeando una posibilidad (quizás histórica) de ascender a Primera. Ante el Reus, el Lugo, el Levante, el Nástic de Tarragona y el Córdoba hemos visto cinco empates en casa, en cinco partidos que pudieron ganar. Con esos puntos, el Cádiz estaría peleando la segunda plaza de ascenso directo al Girona. Pero con despistes como el gol del empate de ayer lo tendrá muy difícil para entrar en las eliminatorias de ascenso. No era ese el objetivo, pero se había puesto tan a tiro…

En el sorteo de los capitanes había mucho en juego. Le tocó elegir al Córdoba que hizo lo normal (lo contrario que el Cádiz la anterior vez que pudo elegir): jugar la segunda parte con el vendaval a favor. Y esa fue una de las claves del empate. Porque el Cádiz no se supo amoldar al partido, con la excepción de un cuarto de hora del primer tiempo, entre los minutos 15 y 30, cuando tuvo tres claras oportunidades: dos centros endiablados por el viento de Luis Ruiz y Salvi que sacó el portero Kieszek con apuros, y un remate de Garrido, con todo a favor, que fue al bulto del portero.

Esas tres ocasiones fueron las únicas claras del Cádiz con viento a favor. Sólo Abdullah se orientó, en algunos momentos, de que había que atacar por la derecha, donde Salvi tenía espacios y el viento ayudaba. El Córdoba, agazapado atrás, apenas inquietó en un centro que se paseó por la portería. Y el Cádiz se dedicó a tocar y retocar el balón en la noche que menos falta hacía y en las circunstancias que era más innecesario.

Con el 0-0 en el descanso se podía temer lo peor. Sin embargo, debió ocurrir lo mejor. Influyeron varias cuestiones. Una importante fue que si el Cádiz no sabe jugar en noches de levante, el Córdoba menos todavía. Y, además, que la única aportación de peligro de Ortuño, en el minuto 50, terminó en una falta peligrosa. Aketxe la clavó y el Cádiz lo tuvo para ganar.

Un remate de Rodri, nada más entrar, tocó el travesaño y recordó que no cabían confianzas. El partido estaba para sentenciarlo con un segundo gol amarillo. Pero fallaron un contragolpe tras otro, incluso con ventaja. El único peligro lo puso Aketxe en las jugadas a balón parado, pero no acertaron Aridane, ni Eddy, que entró para los últimos minutos.

Empató el Córdoba, ¡en un saque de banda! Alfaro pudo rematar solo desde el lugar más peligroso del campo. Cuando Aridane no despeja hay medio gol en juego. Ahí l os demás se dedicaron a la vida contemplativa.

El Cádiz no supo reaccionar. Tampoco ayudaron los cambios de Álvaro Cervera, que puso a Nico y se olvidó de Aitor, que le había salvado un punto en Zaragoza. También se olvida de Imaz, que remata bien desde fuera del área y es útil en partidos como el de anoche. Se supone que él sabrá lo que hace, pero yo no sé si lo sabe.

Hemos entrado en alerta amarilla. Se está dejando escapar un sueño bonito. A pesar de los errores, aún quedan esperanzas.

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