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'La única que me puede quitar del toreo es mi hija Paloma'

  • Padilla quiere volver a Madrid y torear por los menos dos o tres años más

El nuevo "Ciclón de Jerez" ha terminado la primera etapa de su temporada americana con dos triunfos: Guadalajara, la exigente Sevilla de México, donde cortó la única oreja de la tarde y Maracaibo, en Venezuela, importante feria donde también debutaba, sumando tres orejas. En febrero volverá a cruzar el charco. Ahora es tiempo de familia y de balance.

-¿Cómo valora profesionalmente su temporada 2008?

-Mantengo la ilusión y el compromiso de luchar y mantenerme mental y físicamente en forma para rendir al máximo. En mi balance de 2008 valoro la regularidad que he marcado, sobre todo matando los toros. También entendiéndolos con el capote, en banderillas y en la muleta. Y en las plazas de primera y segunda, las estadísticas lo pueden corroborar: he sumado un número de orejas muy alto. En esta etapa de mi carrera, lo digo con humildad, me puedo permitir el lujo de decidir donde voy o no voy. Tengo dos niños y una mujer y compromisos en que pensar pero no me han quitado de ser torero de siempre.

-¿Dónde se ha visto ese Padilla de siempre?

-En Bilbao, Pamplona, Beziers, Bayona, Mont de Marsan, en Sevilla incluso. En Jerez desgraciadamente los toros no me ayudaron pero me fui a la puerta de los chiqueros. Fui el de siempre.

-Ese día toreó con una cornada.

-Cuando salgo a la plaza no me gusta ser víctima de mi situación personal, física o de cornadas. Yo voy pidiendo un dinero que quiero que se me respete y cuando me lo dan no voy a ir disminuido por nada físico, pero aquel día el toro no colaboró. Fue imposible.

-¿Podemos decir que su especialidad son los miuras?

-No hay ningún especialista en cada tipo de toro. Cada toro y cada corrida son diferentes. Pero cuando me anuncio en una de Miura conozco su forma, sus embestidas y sí que voy mentalizado de lo que me voy a encontrar. No me sorprenden. Cada vez conozco más las ganaderías de Miura, Victorino, Cebada, Aguirre, Cuadri... con ellas me enfrento en todas las ferias, no las rehuso y son las que me dan un puesto en las primeras plazas de España.

-¿Quien le inquieta o mueve la silla profesionalmente?

-Nadie. Sigo en mi sitio. Me he encontrado con toreros que me han dado la cara como El Fundi, que pese a llevar 20 años de alternativa y ser una gran figura del toreo, se le está reconociendo ahora. Como torero siempre he reconocido su categoría, el esfuerzo que ha hecho siempre con ese tipo de toro.

-Se dice que usted le quitó sitio y está a por la revancha.

-Y me lo ha dicho muchas veces: a ver cuando te dejas ganar la pelea. Una tarde en Nimes, después de los tres primeros toros en blanco, le cortó la oreja a un cuarto dificilísimo, y me dejé la piel por cortar otra yo también. En el callejón me lo dijo. Ha sido el único torero que me he encontrado en un callejón, hablando toreramente, en términos muy fuertes.

-Ahora torea usted menos.

-He dejado de torear el número de corridas que sumaba todos los años, setenta, ochenta... hubiera sido muy fácil torearlas, pero a cambio de sacrificar a mi familia, mi gente y mi propia felicidad. Cuento con un respaldo de apoderamiento que me permite el lujo de decir que quiero torear cuarenta o cincuenta corridas, disfrutar de ellas y de mi familia, aunque arriesgo igual que con setenta corridas de toros.

-Sigue en plazas de dar la cara.

-Que se reconozca mi balance por la categoría de las plazas es lo justo. Fui a Bilbao con Perera y con Juli y no me dejé ganar la pelea. Fui a porta gayola y corté oreja en mi primer toro, que es muy difícil cortar una oreja al primer toro en Bilbao. En Pamplona corté dos orejas y salí a hombros. Que a los quince años de alternativa Padilla siga así, merece un respeto.

-Hablando de respeto, tiene usted un problema en Madrid.

-Es una asignatura pendiente. No hubo un entendimiento de respeto. Un torero que va a Madrid a jugársela y entregarse merece mínimamente ese respeto. Se valorara o no lo que uno haga, pero con respeto. Lo que hice no fue nada chulesco. No me respetaron el esfuerzo que hice y no me dejé pisotear. Por eso le di besos al tendido siete. Había hecho un gran esfuerzo con un miura, francamente bien, y no me lo valoraron. Tengo la asignatura pendiente de volver. No me voy a ir sin tratar de incentivar a la afición de Madrid para que me reconozca, como en las principales ferias de España.

-Para eso hay que volver a torear en Madrid. ¿Será este año?

-Mi apoderado y la empresa han hablado. Me han ofrecido una corrida que no nos ha gustado. Es cierto que tendidos y peñas están en contra, pero luego han reconocido que es injusto no respetar tampoco la expresión de un torero en un momento crítico. Creo que voy a volver este año, las primeras conversaciones han sido antes de irme a México.

-Ya lleva quince años de matador. ¿Cuanta cuerda le queda?

-Cuando miro atrás me digo: tendría mucha fuerza y ganas pero no estaba como estoy ahora. Vivo unos momentos felices emocional y profesionalmente y con máxima moral para sacrificarme.

-¿Hay Padilla para rato?

-Me quise ir. Ofrecí a mis hermanos de banderilleros y los dos llevan cinco años con dos figuras. Me di cuenta, y mi apoderado también, de que estoy en una etapa en la que disfruto, cumplo mis compromisos y soy capaz de cuajar temporadas como esta, con equilibrio y regularidad. Tengo que tener nada más que reconocimiento para aguantar por lo menos dos o tres años más. La única que me puede quitar del toreo es mi Paloma cuando me diga: papá, no quiero que te vayas más.

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