Una sonrisa se dibuja en la cara cuando se observan los dibujos de Eva Armisén. Son aparentemente sencillos y algo infantiles, pero es quizá por eso por lo que provocan un estado de felicidad momentáneo. Porque se muestran puros y sin artificios.

La última colección de la artista zaragozana estará expuesta en la Galería Benot desde hoy y hasta el próximo 10 de marzo. No es la primera vez que Eva Armisén muestra su obra en Cádiz. Y seguramente no será la última. "Mi relación con la familia Benot es estupenda. Siempre me he sentido muy apoyada por ellos. Hace años que colaboramos y es un auténtico placer para mí", argumenta la artista.

El cariño es recíproco porque Benot no deja de contar con sus colecciones. Sus creaciones han ocupado las paredes de la galería en los años 2002, 2006 y 2009 y en 2012, con su nueva propuesta, no podían faltar. En esta ocasión Armisén apuesta por Cádiz como escenario para la inauguración a nivel nacional de su nueva obra. Se trata de 50 piezas entre grabados, serigrafías y dibujos de variado formato.

"Los grabados son de diferentes épocas de mi etapa creativa, las dos serigrafías y los óleos sobre papel se exponen aquí por primera vez", señala la artista.

Los grabados formaron parte de un proyecto que Eva Armisén desarrolló en Hong Kong las pasadas navidades, ya que su particular universo ha dado la vuelta al mundo. "Ahora mismo tengo obras expuestas en India Art Fair, estaré en febrero en Art Madrid y en la Feria de Seúl, en Corea". Y no sabe estarse quieta. "En marzo tengo dos exposiciones en Valencia y Huesca y estoy trabajando en dos libros. No puedo parar. Me encanta lo que hago", afirma.

Confiesa que disfruta "pensando las piezas, imaginándolas, pintándolas"... un proceso en el que transmite su enorme creatividad, que ha dado forma además a productos de merchandising artístico, diseños de productos para el hogar, un libro infantil que se titula Qué me está pasando, y del que es coautora, ilustraciones, escultura y cerámica... "Creo que cada soporte y cada técnica es ideal para expresar una determinada cosa. El dibujo me invita a explicar cosas más íntimas, más pequeñas. El grabado, al prescindir del color, es más dramático. La cerámica es perfecta para reflejar la fragilidad", argumenta la artista zaragozana.

Tanta inquietud artística debe tener una fuente de la que beber. Eva confiesa que se inspira "en las relaciones humanas, en la fortaleza que tenemos a pesar de nuestra aparente fragilidad". La muestra que expone en Benot busca "transmitir esperanza. Creo que la creatividad abre siempre puertas para el cambio. Todo lo que imaginas se puede pintar y si se puede pintar de alguna manera existe, y eso no nos los puede quitar nadie".

A pesar del delicado momento que atraviesa la sociedad actual, Evar Armisén señala que "la visión positiva no debe desaparecer nunca. La necesitamos como contrapunto. Estamos demasiado acostumbrados a que nos transmitan miedo. Y el miedo paraliza. Creo que hay que tener siempre un espacio para ver todo lo bonito que tenemos alrededor", sostiene la zaragozana.

Así que hagánle caso. Sean un poco más positivos. O al menos inténtenlo. Y si no pueden, pasénse por la Galería Benot. Al menos conseguirán que una sonrisa se dibuje en sus caras.