En medio de la crisis, cuando las administraciones anuncian recortes en sus inversiones y se ajustan el cinturón, el Teatro Romano de Cádiz comienza a ver la luz tras décadas de semiabandono y muy limitados proyectos de recuperación, a pesar de ser una de las piezas históricas de más valor de la época romana en la península ibérica.

En cuestión de días se procederá a la inauguración oficial del Centro de Recepción e Interpretación del Teatro Roamano, habilitado aprovechando las plantas bajas de varios de los edificios vecinos a este equipamiento, incluido la Posada del Mesón. Cierto es que lo que se va a inaugurar es el continente pues el contenido, que sorprenderá a más de uno según el plan ideado por los arquitectos Tomás Carranza y Francisco Javier Montero, aún tardará unos meses en estar preparado, debido a su dificultad técnica y lo avanzado de los sistemas audiovisuales que se van a utilizar.

En todo caso, que el Centro de Interpretación esté ya listo es un paso de gigante dentro de la puesta en uso del Teatro Romano, sobre todo tras unas obras que, por diversas complicaciones con la empresa adjudicataria, se han alargado más tiempo del previsto para desesperación de la Oficina de Rehabilitación de la Junta, promotora del proyecto.

Lo que ya está listo anuncia un equipamiento espectacular, un primer paso para convertir al Teatro Romano en el verdadero referente del Cádiz cultural y turístico que se pretende conseguir. Un equipamiento que se unirá con el proyecto, ya iniciado, de la Delegación Provincial de Cultura de excavar bajo algunas fincas para ir recuperando tramos del coliseo y con otra actuación aún por definir y sin fecha concreta de ejecución que sería la conversión de la Posada del Mesón en un Centro de Estudios Romanos o pequeño museo.

Diario de Cádiz visitó el pasado jueves las instalaciones del Centro de Interpretación, que se concibe por parte de los autores en una "calle interior" del propio barrio del Pópulo (el acceso es desde la calle Mesón) pues se tiene claro que será una de las apuestas fundamentales para completar su revitalización.

El Centro, a través de tres grandes salas, facilita al visitante la conexión del teatro 'visible' (el ya excavado) con el teatro 'oculto' (restos arqueológicos bajo tierra que se pueden visualizar a través de pozos indios entubados y situados de forma estratégica y que permiten ver partes del teatro en perfecto estado de conservación y que demuestran la magnitud de todo este equipamiento). El proyecto ha abierto también dos grandes ventanales al exterior que convierten al visitante en el auténtico protagonista del Teatro pues por primera vez se tiene la visión desde el escenario.

Tras la zona de recepción y de tienda se inicia un recorrido hasta la primera área didáctica y audiovisual ubicada junto al patio de la Posada (donde se sitúa el acceso para personas con movilidad reducida). Por su ubicación en la cota más alta se abre como un gran balcón acristalado a la cavea ya existente, aportando un recorrido histórico del entorno.

La segunda área didáctica, donde se da continuidad a las nuevas tecnologías audiovisuales sobre el blanco elegido como color para sus paredes sirve como conexión hasta una pequeña sala audiovisual donde, entre otros, se proyectará un documental que complete la información recibida. Aquí no se descarta una apertura directa al Teatro, como se planteaba en un principio, aunque todo ello dependerá del plan de desarrollo de todo el conjunto histórico.

Todo el conjunto está diseñado para hacer sencillo el recorrido y asequible la amplia información que se traslada a los visitantes. Un ejemplo son los pozos excavados, algunos hasta una profundidad de cinco metros, y donde han aparecido restos perfectamente conservados de la orchestra y de la inma cavea, con los sillares originales similares a los que desaparecieron del teatro ya visible y se utilizaron para construir entre otras el Castillo de la Villa.