Cultura

'Estado de sitio'

  • La adaptación de Juan García Larrondo de la obra de Albert Camus que representa el CAT se estrena mañana en el Falla

Podría haber ocurrido en cualquier sitio, pero sucedió en Cádiz. Por lo menos en la mente de Albert Camus. Pero es un Cádiz atemporal, lo mismo pudo ser en el Cádiz sitiado por los desafortunados cañones de los franceses, en el acorralado por la peste o en el actual sitiado por el paro, la emigración y la apatía social. Ratas que llegan a puerto y se cuelan por las cloacas de la ciudad y en las del pensamiento de sus habitantes. Ratas que muerden y contagian para disponer a la población en un Estado de sitio donde aflora lo mejor y lo peor del ser humano.

El Centro Andaluz de Teatro (CAT) se encarga de llevar a escena la obra de Albert Camus, Estado de sitio, en colaboración con el Consorcio para la Conmemoración del II Centenario de la Constitución de 1812 y el Servicio de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia en España, bajo la dirección de José Luis Castro y con música del compositor Antonio Meliveo. El estreno será mañana a las 21:00 horas en el Gran Teatro Falla de Cádiz.

La obra ha sido adaptada por el dramaturgo gaditano de El Puerto de Santa María Juan García Larrondo que tardó entre tres y cuatro meses en realizar las diferentes adaptaciones que ha presentado. Según explica, "al margen de las diferencias que pueda tener con el texto original, he tratado de mantener con el máximo respeto el hálito literario de Camus y adaptarlo al día de hoy, hacerla comprensible". En su intención se encuentra "devolverle a Camus la poética que él me enseñó como influencia cuando empecé a escribir". En esta adaptación, Larrondo comenta que ha enfatizado el aire gaditano para que todo el mundo se identifique con Cádiz y se ha adaptado a nuestros oídos sin sacrificar la calidad literaria original.

En el trabajo que ha desarrollado el CAT con el texto de su adaptación "hay mucho compromiso, como en el texto original que también es un alegato a la libertad". Ese compromiso lo asume por la parte que le toca "al igual que por el equipo técnico y por el gran nivel de los actores". Respecto al trabajo del director, José Luis Castro, Larrondo señala que "ha demostrado ser un visionario" y respecto a la respuesta del público piensa que "la gente va a identificar rápidamente cuál es el simbolismo de la obra".

Pero al ser una obra atemporal, los tipos de pestes pueden variar según el tiempo que pisemos. "La peste puede ser cualquier causa que oprima aún más a los hombres, hoy en día la verdadera peste sería el poder financiero que nos esclaviza y la propagan las ratas que son los poderes fácticos, los bancos, los medios de comunicación al servicio del poder financiero", reflexiona el dramaturgo, "creo que somos más libres que antes, pero hay mucho más miedo". Para Larrondo, aunque pueda estar más o menos de acuerdo en algunos puntos con los movimientos actuales, "la indignación es la respuesta lógica a los tiempos perdidos que estamos viviendo".

Cuando en la obra llega la peste, Cádiz es un pueblo aparentemente feliz pero ignorante. Es una situación en la que se cometen muchas atrocidades justificadas por el estado de sitio: tanto a nivel personal como grupal, se llegan a dar hasta enfrentamientos familiares. Tan atemporal es este Cádiz de Albert Camus como las excusas que se están metiendo con calzador con motivo de la crisis. Diego, el protagonista del pueblo, tiene valores nobles y se sacrifica por ellos, por su amor y por salvar a la ciudad.

Larrondo responde a estas cuestiones especificando que, desde su idea personal, "la peste puede entrar en nuestras casas por cualquier parte, por el hilo telefónico, por el Wi-fi, por las ondas de radio...". En su concepto del presente, el dramaturgo portuense resalta que "hoy la resistencia viene por reconocernos, ser un poco menos egocéntricos y no sentirnos tan importantes ni prepotentes. Sentir que nos necesitamos para sobrevivir, con la diferencia del otro, no a costa de él, con su libertad, aunque moleste". Lo que han intentado enseñar, como comenta, "es que una vía para liberarse es la del amor hacia los demás".

El CAT ha elegido esta obra en honor a Cádiz y por motivo del Bicentenario de la Constitución de 1812. "Para el francés de esa época Cádiz sería como un lugar mítico que no pudieron conquistar", se refiere Juan García Larrondo al motivo por el que Camus sitúa su Estado de sitio en Cádiz. "Si eligió Cádiz fue por la idea de ciudad estado capaz de resistir", concluye. La peste es algo que llega del mar, como todo lo que ha llegado a Cádiz, lo bueno y malo, y "ha sido oportuno ubicar esta obra en el Bicentenario", explica.

En el transfondo, la idea de que cuanto más ignorancia más se propaga la peste, ya que a quien ataca es a los pobres por sus carencias. Las ratas en el presente no las vemos pero se intuyen. El riesgo llega en el momento en el que se encierran a unas personas en un sitio, por un tiempo perdura la civilización, el problema es cuando empiezan a faltar los víveres, todo cambia. De momento todavía hay víveres, mañana habrá Estado de sitio, en el Falla.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios