arte Talleres en la Sala Rivadavia

Un "puntito teatral" en el contacto con el público

  • El artista Arsenio Rodríguez aprovecha su exposición en la sala de Diputación para mostrar el proceso creativo de su obra

Arsenio Rodríguez, que tiene abierta una exposición en la Sala Rivadavia bajo el nombre de Taller de Artista. Carne de muñecos, tuvo ayer la oportunidad de mostrar la elaboración de sus obras, una experiencia que se repetirá el 26 de este mes en el horario de exposición, de 10.30 a 13.30 y de 17.30 a 20.30 horas.

Todo aquel que entre por las puertas de Rivadavia y se adentre en el taller del artista se verá envuelto en un universo de color que hará las delicias de mayores y pequeños. Ese mundo cromático da paso al final de la sala a lo que el propio Arsenio Rodríguez denomina "la carnicería", un expositor para trabajar donde encontramos cabezas, piernas, ojos, brazos o pies, pero todo ello de muñecos.

Con este rincón, el artista quiere "dar un punto desagradable, un muestrario que despierte a la gente sensaciones. El otro día una mujer vino y le pareció horrible y desagradable". Un rincón que, a través de los muñecos nos puede recordar a ese universo de personajes caníbales o a la cocina del mismísimo Sweeney Todd.

Estas exposición que todo aquel que quiera puede visitar en la Sala Rivadavia, situada en la calle Presidente Rivadavia esquina a San José, es la primera que el artista gaditano hace en una galería y, aunque no quiere "dedicar toda su vida a ir de galería en galería, ahora me apetece hacer esto y voy a exponer cuanto pueda".

Arsenio Rodríguez define su arte como "un 'arte crisis', aunque en realidad se denomine 'arte povera' yo prefiero llamarlo 'arte crisis' que va más con los tiempos en los que estamos". Sus obras de arte están hechas con elementos que normalmente salen de los contenedores amarillos: "A veces me ve la gente buscando en los contenedores y piensa que he caído muy bajo", explica el autor, que dice de sí mismo que no es "un artista, soy un creador, un inventor. Arte son mis obras, pero yo no me considero un artista". También declara que "para este arte hace falta mucho espacio, ya que para una de mis lámparas utilizo 900 botellas".

Arsenio Rodríguez quiere también aumentar su mundo creativo y hacer que sus creaciones con muñecos reciclados se plasmen en camisetas, continuando así con el mundo de la moda donde se inició hace unos años con el diseño de complementos.

La posibilidad de verlo crear y de atreverse a hacerlo de la mano del artista es para el autor algo que le hace mucha ilusión ya que confiesa que le encanta "interactuar con el público. A veces vienen niños y se ponen a verme mientras destrozo muñecos y preguntan cosas. Mi idea es que conozcan mi arte y hablar directamente con el público para conectar artísticamente. Yo tengo un puntito teatral que me lleva a interactuar con el público".

Para conocer a este creador más de cercano hay que adentrarse en un mundo de 'diógenes' donde el objeto que tiramos a la basura pueden llegar a ser una obra de arte con una vida más allá de la función para la que fue diseñado, una nueva forma de hacer arte en tiempos de crisis.

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