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Cultura

Los músicos gaditanos logran salir de Moscú y ya están en casa

  • Con ayuda del secretario del cónsul, consiguieron arreglar los problemas burocráticos con los instrumentos de cuerda

Ya están en casa. Después de pasar una noche entera en el aeropuerto de Moscú, los ocho alumnos del Conservatorio de Música Manuel de Falla de Cádiz y el director de la orquesta del centro, Enrique Bustos, que se habían quedado en tierra el pasado lunes por problemas burocráticos con el embarque de instrumentos de cuerda, han podido salir de Rusia y anoche llegaron a Cádiz.

"Estamos cansados", comentaba a través del teléfono Carlos Cherbuy, uno de los alumnos del Conservatorio Manuel de Falla, antes de embarcar en Moscú rumbo a Madrid, donde cogerían otro avión hasta Sevilla y allí, un autobús que los traerían a Cádiz.

Desde las diez de la mañana de ayer, el secretario del cónsul español en Moscú estuvo con el grupo de músicos gaditanos, ayudando a solucionar los problemas burocráticos. "Ayer -por el lunes- nos caducó el visado y hemos tenido que pagar 25 dólares cada uno para renovarlo y 50 euros para el cambio de billete", contaba Cherbuy. Los trámites con Iberia los ha realizado la Junta de Andalucía, organizadora del intercambio musical por el que los alumnos del Conservatorio de Cádiz han viajado a Moscú.

Los instrumentos de cuerda, como violines y violas, están sujetos a fuertes medidas de seguridad debido a que en Rusia se consideran obras de arte. Por eso, necesitan una documentación que valide su procedencia y ésta debía ser sellada antes de pasar a Rusia, algo que los músicos gaditanos desconocían. "Ha sido un fallo del Conservatorio de Moscú, que no nos ha avisado de estos requisitos", afirmaba Carlos Cherbuy.

Para poder traer los instrumentos de vuelta a España, los gaditanos tuvieron que rellenar ayer documentos con las características de cada instrumento, enviar las facturas de compra de todos ellos y un certificado del Conservatorio Tchaikovski de que habían sido invitados por ellos. Sólo había problemas con el violín de uno de los alumnos, del siglo XIX, que no les permitían sacarlo de Rusia.

El responsable del grupo, Enrique Bustos, estaba desesperado al mediodía de ayer porque no veía ninguna solución. "No entendemos esta postura tan radical e intransigente. El responsable mayor de la Aduana nos dio permiso para pasar todos los instrumentos y ahora se lava las manos. Dice que la decisión de pasar el violín del siglo XIX la deja en manos de los policías. No tiene sentido. Además, es un violín francés", comentaba indignado. Pero tras muchos trámites, por fin pudieron traerlo de vuelta a Cádiz.

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