-¿Cómo es el espectáculo Con otra mirada?

-Es el espectáculo que ya estrené en el Auditorio Nacional de Madrid, pero con el matiz de sinfónico. En esta ocasión estaré acompañada por la Orquesta de Córdoba y lo que tiene de diferente es que es flamenco tradicional, clásico, pero acompañado con orquesta.

-Y su piano, claro

-Sí, el piano no falta nunca. Y haré un tema de cada uno de mis dos discos. Lo demás son palos de flamenco: soleás, tangos, seguiriyas, fandangos o bulerías.

-Es su debut en el Falla, pero también con esta orquesta.

-Así es, es la primera vez que voy a cantar con esta orquesta. He cantado en otras ocasiones con la Orquesta del Capitolio de Toulouse, pero en esta ocasión es la primera vez con la Orquesta de Córdoba.

-¿Cómo ha sido el proceso de preparación del espectáculo con la orquesta?

-Pues es muy difícil, te puedo decir que lo he estudiado más que nada en mi vida. Es un espectáculo donde al ir con partitura, tú tienes que estar muchísimo más pendiente, no puedes estar como cuando cantas el flamenco con guitarra o con piano, que entras cuando quieres. Aquí no. Todo es más medido al haber una partitura, y la improvisación la tienes que crear tú misma en el momento en el que estés con tus giros, pero es un espectáculo más... cómo decirte la palabra exacta...

-¿Más arriesgado?

-Muchísimo más, muchísimo más, porque cuando cantas tú misma con el piano dices: "Pues me voy a parar aquí, que me ha faltado un poquito de aire...". Pero en este caso, si te ha faltado aire te buscas la vida. Es así. Yo creo, de verdad, que es un espectaculazo, con cincuenta músicos en el escenario, dirigidos por Jesús Bola, es una propuesta muy arriesgada, pero muy variada, tan pronto estoy de pie como que estoy en el piano...

-Hay también un homenaje a Camarón, una sevillana

-Sí, la de Me voy a hacer unos zapatitos..., pero llevándola a mi terreno, todo está llevado a mi terreno, a mi mirada.

-¿Cuál es la intención de María Toledo al presentar este espectáculo?

-Mi intención es disfrutar en el escenario como he hecho desde que empecé a cantar, no pretendo que el público más tradicional diga "ojú, qué cosa", sino que mi gente venga a verme cantar, esos jóvenes que me siguen y que vienen al teatro a escuchar una seguiriya, una minera, y con eso ganamos mucho los flamencos. La base es el flamenco. Este espectáculo no se puede hacer tan solo con el saber flamenco o solo con saber clásico, tienes que conocer las dos facetas, saber flamenco y saber leer una partitura.

-¿Y los puristas cómo se toman sus espectáculos?

-De momento, la crítica no me ha castigado. Pero lo importante es que hablen; que hablan bien, encantada, y si hablan mal, pues yo leo la crítica, la acepto y se estoy de acuerdo en alguna cosa la intento mejorar y si no, intento que no me afecte demasiado. Sí me preocupa que la gente que vaya, que ha comprado su entrada, alucine. Pero no me preocupa tanto el qué dirán. Cada día, con los años, me voy haciendo más segura, sé que lo que haga viene detrás de mucho trabajo y que nadie me ha regalado nada.

-¿Dicen de usted que no cree que haya barreras en la música?

-Por supuesto, en los ensayos con la orquesta estoy viendo que los músicos son capaces de tocar flamenco, Haendel, lo que haga falta, me gusta mucho esa amplitud que tienen la mayoría de los músicos. La música es un lenguaje donde no hace falta nada más que sentir, da igual que no hables el mismo idioma porque la música es un mismo idioma.

-¿Cree, pues, en la mezcla de músicas?

-Claro que sí, una mezcla es bonita, es integrarse, a mí no me preocupa una mezcla siempre y cuando esté hecha con conocimiento.

-¿El futuro de María Toledo seguirá pasando por la apertura de nuevos caminos?

-Por su supuesto. Creo que hay una cosa que llama mucho la atención de mi persona: por ejemplo, canto una soleá y no respeto para nada el vestuario, es raro que me veas con un lunar, con una flor, con una peineta, que no es que no me gusten, pero intento ser auténtica, y así, poco a poco, te vas ganando a la gente.

-¿Y cómo le entró el gusanillo del flamenco en Toledo?

-Bueno, uno nace con el don, y hay gente que se muere sin saber que podía haber sido artista y tenía ese don. Tuve la suerte de que nací con un poquito de oído y un poquito de voz, y tuve una familia que me apoyó desde el principio.

-¿Qué le parece que un festival de música apueste por el flamenco?

-Es bonito que los clásicos apuesten por nosotros y nosotros por lo clásico, que compartamos nuestro repertorio.

-Al final, el flamenco es un clásico también.

-Es que el flamenco tiene mucho de música clásica. Cuando yo estaba en el Conservatorio, cuando tocaba Albéniz o Falla, veía que tienen muchos acordes que vienen a parar al flamenco y resuelven en la canción andaluza, que es la que se utiliza por antonomasia en el flamenco.