Juan Luis Pérez, director de la Orquesta Manuel de Falla, secundaba las palabras de Servando Álvarez Beigbeder: "Su hijo lo dice y yo también lo creo. El Stabat Mater es la mejor obra de Germán Álvarez Beigbeder". Afecto y admiración tejían los discursos del músico y del vástago del compositor jerezano durante la presentación del concierto que el próximo domingo echará el cerrojo a la sexta edición del Festival de Música Española de Cádiz.

Con el cuarenta aniversario de la muerte del célebre autor como telón de fondo, el certamen musical gaditano quiere rendir homenaje a uno de sus privilegiados hijos con la recuperación de la partitura Stabat Mater, que será interpretada por la Orquesta Manuel de Falla y la coral de la Universidad de Cádiz en el principal teatro de la ciudad.

Y quién mejor para presentar la profundidad sentimental de la obra que el propio hijo del jerezano, que recordó cómo su padre compuso la pieza "en 1937, en plena Guerra Civil" y tras lamentables circunstancias. "Mi padre compuso su Stabat Mater tras la muerte de su hija María Dolores con pocos meses de edad, por eso, lo dedicó a la Virgen del Mayor Dolor de Jerez", expresó.

El himno medieval, que no tiene otro sentido que el del dolor de una madre, fue ampliamente cultivado a partir del siglo XVII aunque hunde sus raíces cuatrocientos años antes "cuando un monje franciscano llamado Jacopone da Todi dedicó unos versos, veinte estrofas de tres versos cada una, al sufrimiento de la Virgen María a los pies de la cruz", aclaró Álvarez Beigbeder. El hijo del músico nacido en 1882 no olvidó nombres tan inherentes a esta devota pieza como Palestrina, Pergolesi, Vivaldi o Rossini, "quien estuvo catorce años dudando si hacer un Stabat Mater debido a la grandeza del de Pergolesi".

Álvarez Beigbeder, quien lamentó "la pérdida" de la tradición de cantar la pieza religiosa en las iglesias durante la Cuaresma, volvió a retomar el hilo de la historia familiar para rememorar el estreno de la obra "en el año 44 con el Coro Donosti y la Orquesta Bética Sevillana".

La complicada ejecución de la pieza que requiere de "avezados coros" y una "buena orquesta", además "de la escasez y el mal estado de los manuscritos" provocaron que la partitura quedara en el olvido. Para evitar la desmemoria, Servando entregó los papeles al Centro de Documentación Musical de la Junta de Andalucía. "Y ahora no tengo palabras para agradecer a Reynaldo Fernández -director del centro y del festival de música- su interés porque la música de mi padre se siga conociendo", reconoció.

Fernández recogió y devolvió las congratulaciones con igual emoción y sinceridad. El director del certamen, la delegada de Cultura, Yolanda Peinado, la diputada de Cultura, Ana Mosquera y el director de la Orquesta Manuel de Falla, Juan Luis Pérez, junto con Beigbeder, presentaron el concierto clausura, que también incluirá "el Concierto en Blanco y Negro de otro autor jerezano, José Ramón Hernández Bellido, como evocación a Manuel de Falla y la obra Orippo, de Manuel Castillo", precisó el director de la Orquesta.

Las autoridades presentes también se reunieron para hacer un balance sobre la aportación que la Diputación Provincial ha dedicado este año al festival de la Consejería de Cultura. Así, Ana Mosquera se remontó al 21 de noviembre para remarcar el éxito de la Orquesta Manuel de Falla con la dirección de Pérez "en un concierto magníficamente interpretado y dirigido", calificó.

La diputada continuó recapitulando su contribución al certamen con la segunda edición del festival Música de Calle, el pasado día 23, las repetidas cesiones de espacios del Palacio Provincial para la celebración de conciertos, y la que será la cuarta entrega de la colección de ensayos Cádiz y la Música, que tendrá lugar "próximamente", indicó la diputada.