La escucha del disco Cádiz por Cantiñas, lejos de sumir al oyente en la monotonía de lo repetitivo, se muestra extraña y sorprendentemente variada, en tanto los matices de cada una de la veintena de variantes ofrecidas provoca que éstas se rebelen únicas en su propio acento y origen. Quizás para el profano resulte difícil de comprender que un estilo tan fácilmente reconocible, ese aire poderoso que remite invariablemente a Cádiz y a los Puertos, haya cobrado tanta variedad a través de los intérpretes que le han ido aportando su sello a lo largo del tiempo. A la postre, en esa variedad se simboliza y sintetiza la propia historia de los estilos flamencos en los que, al igual que ocurre con las cantiñas, la esencia por la que los reconocemos se debe a la personalidad de los distintos artistas que con su interpretación los han ido configurando. De esta forma, al escuchar todas estas variantes, uno va reconociendo de forma clara el acento de las de la Mejorana, las de La Perla y su madre Rosa La Papera o las de Las Mirris, el ramillete más netamente gaditano y popular. Pero también están las de El Pinini, que se llevó para Utrera el aire que le prendó en Cádiz; las sobrias cantiñas de Córdoba que le escuchamos a Fosforito o el estilo personal de la Niña de los Peines que las lleva al terreno de los jaleos.

Estas son sólo una parte de la expansión que han tenido los aires de las cantiñas, que inundan casi todos los rincones de nuestra provincia, como se encarga de demostrar Murciano con su selección. Nos ofrece así la variante campo-gibraltareña, la de Sanlúcar de Ramón Medrano, la tarifeña -adaptada de Pepe Pinto- y las de El Chaqueta. Y lo sorprendente es que cada una ellas adquiere un matiz diferenciado en la voz de Mariana que se muestra como una enciclopédica conocedora y gran maestra de su interpretación. Ella no oculta su alegría cuando se le dice que el disco no aburre, lo que es rigurosamente cierto. Como en las grandes faenas, sólo cabe decir que "ahí queda eso" para disfrute de los aficionados y como legado para las generaciones jóvenes y las venideras de cantaores.