Cultura

La lucidez de la rebeldía sujeta el hilo de 'Ariadna' en el Teatro Falla

  • Esta noche se presenta en Cádiz la coproducción entre el Centro Andaluz de Teatro y la compañía Atalaya dentro del programa del festival iberoamericano

Insumisa y rebelde, Ariadna sujeta el extremo del ovillo para que Teseo encuentre la salida del laberinto. Lúcida y atrevida, Ariadna desafía al poder establecido, el de su padre, Minos, rey de Creta. Ariadna, mágica, intensa, concienzuda, luz y guía, olvidada en las tablas, musa de pintores y escultores, inspira al Centro Andaluz de Teatro y a la compañía Atalaya en una coproducción donde, por primera vez, el mito de la heroína del laberinto toma forma de dramaturgia en castellano. Ariadna, un montaje que llega esta noche, a partir de las diez, al Teatro Falla de Cádiz dentro del Festival Iberoamericano de Teatro.

"Esta colaboración con Atalaya la quisimos hacer con un tipo de obra que es la base fundamental del teatro contemporáneo europeo y del teatro mediterráneo, la tragedia griega, que es el fruto fundamental del teatro que nos identifica", explicó en rueda de prensa el director del Centro Andaluz de Teatro (CAT), Francisco Ortuño, que rige una entidad "que realiza tres tipos de producciones: propias, con el sector público y con el ámbito privado".

El actor de Atalaya Joaquín Galán, que esta noche interpretará a Teseo, agradeció el apoyo del CAT durante la presentación de Ariadna en la que también estuvieron presentes el director del FIT, José Bablé, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, Antonio Castillo y la delegada provincial de Cultura de la Junta, Yolanda Peinado.

Con Ariadna -que se estrenó el pasado mes de junio en Sevilla- Atalaya cierra una trilogía dedicada a las Heroínas de la Tragedia que se inauguró con Elektra y siguió con Medea (la extranjera). "Quizás para Atalaya este no era el momento justo para hacer Ariadna. Todavía estábamos con La ópera de tres centavos y, quizás, estábamos en el momento de hacer otro tipo de producciones, pero el CAT vino con esta propuesta y fue una suerte y un placer para nosotros", adujo el actor que participa en una obra que reúne la celebración de los 20 años de vida del CAT y los 25 de Atalaya. "Estamos de enhorabuena", sonrieron.

Tanto Galán como Ortuño tuvieron palabras de agradecimiento, cariño y respeto por el desaparecido Carlos Iniesta, autor de las versiones de la Trilogía de la Tragedia, que representaba "el verdadero perfil de un dramaturgo" que trabajaba "a pie de escenario, acompañando a un grupo de personas, reescribiendo las obras, en fin, de los últimos grandes", tal y como dijo el director del CAT. Mientras, Galán asentía y alababa "su manera de trabajar" tan "gratificante" para los actores que, normalmente, se enfrentan a un texto cerrado. "Carlos estaba lejos de eso, él escuchaba las necesidades de los actores, aplicaba una manera de trabajar que se debería de prodigar más. Además creo que su versión de Ariadna es su texto más redondo", aseveró.

El andamiaje del texto de Iniesta reside en diferentes extractos de las obras de Marina Tsvietáieva, Nietzsche, Ovidio, H. von Hofmannstahl, Catulo y David Pujante. Así, de los tres finales que se han registrado del mito de Ariadna , Atalaya ha optado por el más complejo y, quizás, por el desenlace que más favorece al personaje en nuestra época.

Esta vez Ariadna ni se casará con Dionisos ni morirá a manos de Artemisa. "Creo que es la obra que más se puede entender de Atalaya porque, a veces, nos dejamos llevar por la poética y el mensaje no llega del todo al público cuando, al final, lo que se trata es de eso. Con Ariadna creo que lo hemos logrado", juzgó Galán, que estará acompañado sobre las tablas por Aurora Casado (Ariadna en Naxos, la isla donde muere) y Jerónimo Arenal (Dionisos), Raúl Vera (Minos) y Silvia Garzón y María Sanz (Ariadna joven), entre otros.

El actor y el director del CAT también destacaron la escenografía del montaje -"que dice mucho con pocos elementos", aseguraron- diseñada por Juan Ruesga, la dirección de Ricardo Iniesta y el espacio sonoro con la dirección de la soprano Esperanza Abad y la música de Luis Navarro además de temas populares de los Balcanes y Asia. "En este montaje la música es muy importante porque tiene la capacidad de contar muchas historias a la vez", coincidieron los protagonistas.

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