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Ismael Serano · Cantante

"Hay injusticias que te indignan, y esa indignación te obliga a cantar"

  • El cantautor madrileño ofrecerá mañana un concierto en el Baluarte de la Candelaria como parte de la gira para presentar su último disco, La llamada-

El cantautor madrileño, Ismael Serrano, ofrece mañana un concierto en el Baluarte de la Candelaria para presentar su nuevo disco, La llamada. El artista no solo es un referente en el panorama musical de nuestro país, sino que sus ideas consiguen traspasar las letras. Así, el cantante nos muestra su particular visión sobre la música y la política 

–Con más de 14 años en el mundo de la música, ¿cómo definiría su trayectoria?

–El desarrollo de mi carrera ha sido bastante natural, resultado de un trabajo de guitarra al hombro desde que empecé a tocar en los cafés hasta que dimos el salto para a los teatros y cruzamos el océano. Se tiene la sensación de estar en permanente viaje, como si la gira empezase en 1997, cuando saqué mi primer disco, y no hubiéramos parado hasta ahora. Regresamos a casa pero es una sensación extraña, la carretera de alguna manera es la patria. Al final es un aprendizaje constante. Empiezas con esa arrogancia propia de la juventud, crees que lo sabes todo, pero con el paso del tiempo te das cuenta de que prácticamente no sabes nada. 

–De esos cambios, ¿de cuál está más orgulloso?

–Poder crecer musicalmente como creo que lo he hecho, sobre el escenario, en cada disco, con la puesta en escena cada vez más conceptual, cada vez más dirigiendo mi vida y por lo tanto, ganando en grados de libertad. Y sin hacer concesiones más allá de las que te dicta el corazón. 

–¿Hubo algo que le hiciera querer cantar sobre las injusticias que veía?

–Simplemente uno le canta a lo que le emociona y la visión de un mundo desigual no te puede dejar de emocionar. De ahí salen las canciones. Hay luchas que te conmueven, pero también hay injusticias que te indignan, y esa indignación te lleva a cantar. 

–¿Cómo lleva la influencia que tienen sus letras en la gente?

–Crecí escuchando a Serrat a Silvio, y es una música que me ha conmovido y acompañado. Quizá por eso agarré la guitarra. Es verdad que te influye, pero porque genera un espacio de encuentro que te hace sentir menos solo, sobre todo a ciertas edades. La música tiene fundamentalmente ese valor, recuperar ese animal social que perdemos en una sociedad muy atomizada. En ese sentido sí influye, no solo porque remueve nuestras conciencias, sino porque nos vincula a gente que nos hace entender que no estamos solos y que podemos influir en la realidad.  

–Antes, en la época de Serrat, Sabina, Silvio... la figura del cantautor era más popular. Hoy en día, ¿qué papel cree que cumple en la sociedad?

–Ahora están cambiando las cosas, antes la sociedad estaba muy atomizada. Entonces, toda función social o política de la música es rechazada, y se rehuye del debate. Creo que esa tendencia es interesada por parte del sistema para eliminar cualquier tipo de crítica, para convertirnos en sujetos acríticos totalmente. Antes no solo era un fenómeno musical, era un fenómeno social. Había una efervescencia diferente, los cantautores eran gente que se jugó el tipo y la vida, y de eso no somos muy conscientes. Somos bastante ingratos con esa generación. 

–Ha colaborado con Silvio Rodríguez, Pablo Guerrero, Mercedes Sosa... ¿Hay alguien más con quien usted haya querido cantar y todavía no ha tenido la oportunidad?

–Me encantaría cantar con Joaquín Sabina, al que admiro y quiero muchísimo.  Aún no se ha dado la oportunidad, pero ojalá se diera, porque es un músico, poeta y cantante imprescindible.

–En su último disco destacan las influencias lationamericanas. Sin embargo, también ha estado influenciado por la música de Oriente y África. ¿Tiene algúne estilo predilecto?

–No. En términos generales, el artista tiene que ser permeable, capaz de aprender y coger de aquí y de allá los elementos necesarios para cimentar su trabajo.Es una obligación, estar atento, permeable y aprender. Además, es muy divertido. No siempre sales ileso, porque tampoco uno pretende hacer un ejercicio de estilo puro y duro. Yo hago mi versión, transito por ese ritmo, y le doy mi toque

–En su anterior disco,Todo empieza y todo acaba en ti, es una vuelta a su faceta de cantautor. Además entronca con una situación de crisis en la que está sumida el país. Si tuviera que hacer una canción sobre este tema, ¿a qué le cantaría?

–Están cambiando las cosas y sería un canto de esperanza. Los ciudadanos nos estamos mirando los unos a los otros como hacía tiempo que no ocurría. Hay una afán por participar en la política por parte de la gente de la calle que hace mucho tiempo que no se veía. Gente muy joven que de repente en sus sobremesas habla de política cuando antes no lo hacía. O incluso milita y se siente ilusionado por nuevos movimientos políticos, nuevos partidos. En ese sentido sí hay un cambio de paradigma, todas las instituciones que pilotaron la transición están en crisis, y ahora hay un magma bullendo por debajo de todo eso del que surgen los nuevos movimientos sociales y políticos.

–¿Qué opinión le merecen los nuevos partidos políticos emergentes, Podemos y Ciudadanos?

–Tienen que demostrar que son nuevos en la política. Ahora han asumido tareas de responsabilidad y tienen que ser contundentes. El momento en el que estamos no valen mandíbulas frágiles, hay que resistir para hacer cambios estructurales. En ese sentido hay que ser ambiciosos y espero que lo sean. 

–¿Cree que llegarán a producirse esos cambios?

–Sí. En Madrid ganó Ahora Madrid. Una de las primeras cosas que hace es abrir los comedores para los niños en verano demostrando que es una pura cuestión de voluntad política. ¿Por qué no se ha hecho antes? Es difícil entenderlo, pero te das cuenta de que con voluntad política se pueden hacer cambios efectivos. 

–¿Cuál es el grado de preocupación del Gobierno ante posibles acciones de los fundamentalistas islámicos?

–Tiene ganas de hacer televisión, pero sobre todo la televisión con la que disfrutó en los años 80, la del humor y la crítica más ácida, la de Como Pedro por su casa. No quiere que las nuevas generaciones lo relacionen sólo con las entrevistas de La noche abierta y acaba de estrenar en Madrid 

–Mañana da un concierto en Cádiz, ¿qué le parece la ciudad?

–No solo la ciudad, sino que la región me fascina. He tenido la oportunidad de pasar tiempos muy felices allí. La primera que me metí en el mar con mi niña fue en la provincia de Cádiz. También hemos tenido muchas veces la oportunidad de ir al Teatro Falla, y siempre han sido muy generosos con nosotros. Siempre es una efervescencia y calidad muy especial. Además, se sabe dar muy bien las palmas en los conciertos.

–¿Y Kichi?

–Es una corriente de aire fresco absolutamente necesario para Cádiz. También me dio muchísima alegría que de repente gente que no participaba en la política, a través del empoderamiento de la ciudadanía, se hace presente en las instituciones. Se ocuparon las plazas y es nos lo dijeron: “Si quieren cambiar las cosas preséntense a las elecciones”, y eso es lo que ha hecho la gente. Se dice que sus políticas son muy comentadas, porque claro, cambiar el status quo es muy difícil. Y sobre todo porque los que han perdido tienen un sentido patrimonial del poder que les hace entender que todo cambio es puro intrusismo.

–Hace unas semanas, usted tuvo una polémica sobre unos tweets con Pablo Casado. Ahora que no tiene el límite de 140 caracteres, ¿qué le diría?

–No, la verdad es que 140 caracteres me bastaron porque sus palabras eran muy amables, pero esa amabilidad no se correspondía con el tono que utilizó para demigrar a miles y miles de víctimas del franquismo que todavía están esperando una respuesta. No porque lo digan ellos, porque los organismos internacionales di cen que no se ha dado la respuesta necesaria, y acorde al respeto por los derechos humanos que les corresponde. Es algo elemental, gente que quiere dar sepultura digna a sus familiares. ¿Por qué no? Dicen que eso es remover las heridas. Pero, ¿qué va a ser remover las heridas exhumar fosas comunes?No lo entiendo, así que me explique a mi quién se siente ofendido y por qué, al darse una sepultura digna y rendir homenaje a un familiar.Hay muchos que me hablan de Paracuellos, pero, como en muchísimos sitios, aquí el franquismo exhumo los cadáveres. Han sido 40 años no solo de exhumación de cadaveres, sino de reconocimiento y homenaje. ¿Por qué no hacerlo con el otro bando?

– A Pablo Casado muchos lo ven como el futuro del Partido Popular.

–Eso es lo preocupante, que no abandonen esos tics que los delatan como herederos ideológicos, de alguna forma, del franquismo. A estas alturas. Siempre nos dicen que somos unos nostálgicos. Pero no, nosotros queremos avanzar pero son ellos los que no nos dejan porque tienen algún problema de conciencia.  

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