"El amor no conoce sus caminos, todo es presente sin huellas". Así da comienzo el poemario dedicado a su mujer, Victoria, y al amor alegre y correspondido que Francisco Lambea presentará hoy a las ocho de la tarde en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz, junto a Basilio Rodríguez Cañada, director de Sial Ediciones, y Mª Asunción Mateo, presidenta de la Asociación Rafael Alberti y prologuista.

Meditación de tu nombre es una selección de 32 poemas de amor, composiciones en verso libre, con la excepción de un soneto, "necesario para cualquier poeta", que presentan el mundo como un grandioso entorno al servicio de la emoción amorosa.

Francisco Lambea Bornay nació en Villanueva de la Serena, Badajoz, en 1968, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense y actual responsable de informativos de Telepuerto, empezó a escribir poesía hace unos 20 años. Fiel creyente del amor, considera que a pesar de vivir en una sociedad capitalista "la gente cree hoy día en el amor por necesidad y convencimiento", un sentimiento entendido como un "concepto general" donde hay que buscar el equilibrio.

En su primer trabajo, este autor ha querido romper con el desamor, actual protagonista de todos los versos. "Se lee mucha poesía triste porque hay tendencia a escribir cuando se está melancólico a utilizar la poesía como terapia de desahogo, pero yo he querido escribir sobre un amor alegre, expresar que estoy contento y dedicárselo a mi esposa", asegura.

A través de tres partes que se funden en una, Meditación de tu nombre nace con Declaración de principios, una reflexión general al sentimiento amoroso. Seguida de una selección de 12 poemas, Estaciones del alma, que explica momentos concretos de la vida, para acabar con todo aquello que su autor quería decir antes de terminar el libro en Considerandos."La poesía es en definitiva emoción", una emoción que Lambea consigue transmitir al lector a través de sus versos y un lenguaje cristalino.

Francisco Lambea seguirá escribiendo pero siempre con serenidad, dedicándole el tiempo necesario, "la poesía es algo que hay que dejar madurar y cuando esté listo, llegará de nuevo su momento".