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La hora del bocadillo

El fin de los días

  • La búsqueda de su amada llevará al joven Kei a enfrentarse a las más insospechadas situaciones.

Madrid, un futuro cercano. Las calles repletas de gente, superpobladas. Las oficinas del paro están a rebosar. Uno de estos desempleados es David, un invidente que busca por todos los medios un trabajo que le permita seguir reuniendo dinero para comprar un implante que le permita volver a ver. Él es uno de los protagonistas de esta historia coral, junto a Stewart, Víctor, Yoyo y Luz forman parte de un grupo musical, Hielo Rojo, y en un local están tratando, con no poca dificultad, de grabar un disco.

Víctor ha regresado al país y trabaja para una gran empresa farmacéutica, Rex Lab.

Stewart es un rebelde, un tipo que trabaja en las alturas, jugándose la vida a diario y para el que la grabación del disco lo es todo.

Luz acompaña a su padre, un escritor que acaba de enviudar y que padece el peor mal que puede aquejar a un creador, el miedo a enfrentarse a la hoja en blanco.

Finalmente, el grupo de músicos se completa con Yoyo, una joven vital que mantiene un pulso-juego con el propietario de un pequeño bar callejero, el señor Bona.

Pero ellos son solo algunos de los protagonistas de la narración: Novoa, el propietario de la mega empresa Rex Lab tira de los hilos con el único propósito de lucrarse. Es el causante del drama que desencadena el horror más absoluto, ya que le encarga a Waits, un antiguo trabajador, médico, que transporte a Camboya unas muestras de un nuevo virus llamado Borna. Es curioso que algo tan minúsculo vaya a terminar con la sociedad tal como la conocemos, ya que rápidamente la enfermedad se propaga, cruzando los mares y llegando a todos los rincones del planeta. ¿Los síntomas? Dejadez, agotamiento, depresión… Es por ello que los medios periodísticos la bautizan como "La enfermedad de la tristeza", cuyo último síntoma es que la persona afectada llora sangre (haemolacria) justo antes de fallecer…

Y por si todo esto no fuera bastante, en las calles de Madrid hay un desconocido, un misterioso tipo, El Susurro. Nadie ha visto jamás su rostro, pero se ha convertido con el paso del tiempo y sus mensajes retransmitidos en vivo y en directo, en un peón más de la historia, un rebelde que lucha contra el caos, la crisis, el dolor que atenaza a los habitantes de esta urbe que poco a poco se va a ir convirtiendo en un infierno, cuando la violencia se apodere de ellas y el gobierno establezca un severo toque de queda.

Pero esta es sólo la historia principal, ya que vamos a ser testigos, nosotros los lectores, de otras que se desarrollan en paralelo, como la búsqueda por parte de Yoyo del propietario de un teclado, el misterioso músico Héctor Jarre, gracias al cual y, sin él saberlo, la chica se aficionó a la música.

O como todos los implicados en los hechos que desencadenan la epidemia van a pagar en sus carnes un alto precio. Levin es un orondo trabajador de Rex Lab que siempre ha obedecido las órdenes del inflexible Novoa. Cuando se arrepienta de lo que ha hecho será demasiado tarde y conocerá muy de cerca lo que significa tener a un familiar enfermo…

Desde luego, esta obra de Colo (Jesús colomina Orgaz) no es para aquellos que defienden a capa y espada el concepto "menos es más". En sus casi ¡cuatrocientas páginas! nos veremos inmersos en una gran historia trufada de otras más pequeñas, pero no por ellos menos importantes. Pero esto no es todo, el autor mezcla la crónica social con una fuerte crítica a los omnipotentes gobiernos, su relación secreta y terrible con las mega corporaciones. La influencia de los medios de comunicación, que le trasladan al ciudadano una realidad retocada, falsa…

La verdad es que la sociedad que se presenta en este cómic publicado por la editorial Dibbuks no difiere demasiado de la que vivimos en estos momentos. Cruzo los dedos porque no lleguemos a los terribles extremos narrados en la historia, que también juega con el thriller.

¿Habrá esperanza finalmente para una humanidad que parece condenada a la extinción total?

Una trama densa, en la que una vez te has zambullido, eres incapaz de abandonar. Y para rematar la jugada, el autor, Colo, nos regala un aporte musical, una banda sonora con la que acompañar tan inquietante lectura. La ficción se torna realidad cuando podamos disfrutar de la música contenida en el cd grabado por el grupo Hielo Rojo, compuesto por varios protagonistas de la historia.

Un vasto esfuerzo creativo que bien merece nuestra lectura y disfrute. Siempre es un buen día para leer un interesante cómic.

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