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Cultura

Un ensayo sobre la obra venezolana de Cela gana el premio Anagrama

  • Gustavo Guerrero analiza la relación entre arte y totalitarismo a partir de 'La catira', la novela propagandística que el dictador Pérez Jiménez encargó al escritor español

Camilo José Cela logró en 1955 una proeza que parecía imposible: poner de acuerdo a la oposición y a los partidarios del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez. Todos en su contra. De cómo lo consiguió trata, entre otros temas, el ensayo Historia de un encargo: 'La catira' de Camilo José Cela. Literatura, ideología y diplomacia en tiempos de la Hispanidad, que le ha valido al historiador Gustavo Guerrero el premio Anagrama 2008.

El galardón, "un sueño para todos los ensayistas", declaró a este medio en conversación telefónica, está dotado con 8.000 euros. El jurado, integrado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y el editor Jorge Herralde, seleccionó además como finalista Descenso literario a los infiernos demográficos. Distopía y población, de Andreu Domingo.

Gustavo Guerrero es venezolano pero reside en París. Profesor de Historia en la Universidad Jules Verne de Amiens, se acerca en la obra premiada a la trama política y diplomática en que gestó su novela venezolana el entonces prometedor escritor español. "La catira fue un encargo del dictador Pérez Jiménez por el que Cela cobró una suma bastante alta para la época. Unos tres millones de pesetas, según el testimonio del hijo del Premio Nobel 1989 en su biografía Cela, mi padre", señala.

Uno de los pilares de su investigación, que le ha llevado seis años completar, fue la correspondencia que Cela mantuvo con el influyente ministro venezolano de Interior, Laureano Vallenilla Lanz, de quien partió la idea de contratar una novela sobre Venezuela a un escritor famoso. "Cela quiso refundar literariamente Venezuela en La catira; incluso se aplicó para crear en ella una nueva lengua, la llanera, que fue una impostura absoluta. Se parecía al español rústico, una lengua barbárica que cortaba las palabras por el final". "La novela fue un fracaso", continúa, "en Venezuela nadie la conoce ni lee hoy. Pero en su día armó una polémica increíble y fue criticada desde todos los ámbitos: los intelectuales del exilio y los nacionalistas retrógrados la consideraban inmoral, una provocación. Las protestas obligaron al dictador a cancelar el contrato con Cela, por el que éste debía escribir un ciclo regional de hasta siete libros".

Guerrero, que es asesor literario de Gallimard para América Latina, comenzó a interesarse por esta trama conforme descubría nuevos nombres de escritores que, como Alejo Carpentier, pasaron por la prometedora Venezuela de los años 50 y dejaron testimonio de su estadía. "Pero el caso de Cela fue especial. Su encargo se insertó en una ofensiva diplomática para promocionar el perezjimenismo y sus programas de inmigración en el exterior, pero también para vender culturalmente el franquismo. No hay que olvidar que 160.000 españoles se instalaron por entonces en mi país", declara Guerrero, nacido en Caracas en 1957.

En el libro, que él define como "un ensayo sobre las relaciones entre arte y totalitarismo", podremos ver incluso fotografías de Cela cabalgando por Venezuela ataviado como un llanero más.

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