Cultura

Los bellos gestos del color

Esta exposición supone, en primer lugar, el feliz encuentro con la suprema potestad plástica de la gran pintura abstracta. Desgraciadamente una tendencia pictórica que difícilmente hoy se encuentra y a la que no todos pueden llegar pues para ello hace falta estar en posesión de una fortaleza creativa que no es, precisamente, moneda habitual. Por eso, mucho me alegra encontrarme con una exposición como esta en la que la abstracción se nos aparece en todo su esplendor compositivo y manifestando su más absoluto poder formal. Y es que el arte no imitativo, tan importante e influyente en décadas pasadas, se ha visto, en estos últimos tiempos, tremendamente disminuido, con pocos hacedores y no excesivamente buenas propuestas. Muchos pintores, muy mal informados, se acercaron a la pintura abstracta con unos criterios erróneos y teniendo como referencias soluciones poco acertadas. Existió, asimismo, mucha benevolencia, entre aquellos que tenían ciertos poderes decisorios, hacia asuntos abstractos poco convincentes y se aprobaron mínimas proposiciones a las que se valoraban como sublimes obras maestras cuando, en realidad, poco aportaban, sólo muchos esquemas muy parecidos unos a otros y con escasas disposiciones hacia verdaderos sistemas plásticos.

Jaime Sicilia es un arquitecto y pintor madrileño de recorrido amplio y exitoso; autor de una pintura planteada desde los máximos postulados del abstracto, esos que hacen transitar por los caminos de la emoción plástica, que reduce la composición a los efectos mágicos del color, que rompe con los argumentos de lo concreto para asumir una nueva situación que señala las rutas del espíritu. Una pintura que transporta a la esencia de la forma, que provoca la mirada para que desde ella se acceda a horizontes más apasionantes, esos que nos hacen vibrar y nos abren las mayores perspectivas.

La exposición que presenta Fali Benot nos ha hecho volver a disfrutar con la pintura abstracta. En estos tiempos en los que son mínimas las oportunidades que tenemos para encontrarnos con una abstracción de verdad, esa que nos posiciona en los medios de la magia del color, es confortante poder encontrarse con una pintura que pellizca el alma, que transporta a espacios de suprema inquietud, a esas zonas privilegiadas en las que el color desarrolla sus ritmos, sus vibraciones, sus gestos simbólicos. Una serie de obras perfectamente ajustadas a las formas coloristas, nos conducen por unos campos cromáticos que interactúan entre gamas contrastantes creando espacios vibrantes donde el poder de la esencia plástica deja constancia de sus máximas posiciones matéricas, a la que vez que abre las máximas perspectivas evocadoras.

Junto a las pinturas, Jaime Sicilia nos ofrece una pequeña colección de esculturas con el mismo concepto plástico y con el color creando sutiles desarrollos en el conjunto de una forma cúbica que acentúa el poder material y genera, también, emocionantes desenlaces.

La exposición en la galería gaditana nos conduce por todos los planteamientos pictóricos que los americanos crearon y dieron el nombre de "colour field painting", concediendo primacía suprema a las áreas pintadas, al ritmo cromático, a la vibración del color y los postulados simbólicos de las gamas coloristas. El artista madrileño busca la integración de fuerzas plásticas, los ritmos entre espacios, las formas interpuestas. Todo realizado con la máxima sutileza y dejando que los pigmentos oferten sus bellas fórmulas expresivas.

Jaime Sicilia nos hace transitar por toda la magia del expresionismo abstracto y nos deja en las bellas coordenadas de una pintura emocionante, generosa y llena de todos los registros de una plástica superior que nos transporta a los expectantes márgenes de una abierta espiritualidad.

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