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Cultura

Un bello maridaje

A pesar de lo que pudiera parecer, la profesión artística en su faceta comercial y expositiva no ha sufrido demasiadas alteraciones. Las galerías de arte y la venta directa en los propios talleres de los autores han sido los habituales espacios donde se han realizado las transacciones comerciales artísticas. Como estamos en época de cambios forzados a causa de la crisis es positivo crear fórmulas novedosas que sirvan de acicate para dar vida a una realidad creativa, en los últimos años, bajo mínimos. Si a esto añadimos que la restauración, la gastronomía y la alta cocina están muy de moda y se llega, incluso, a considerarlas como unas de las nuevas artes, no es una idea descabellada que restaurantes importantes, dirigidos por grandes cocineros, den entrada a las obras de arte en sus casas para que formen parte de ese estamento completo y total en el que se ha convertido la moderna cocina.

Abantal es un restaurante sevillano, cuyo cocinero, Julio Fernández, galardonado con una estrella Michelín, tiene claro que la fusión - maridaje para utilizar terminología gastronomía moderna- entre dos artes, cocina y plástica, es posible y hasta necesaria. Estamos saturados de restaurantes con decoraciones ultramontanas, agobiantes y de pésimo gusto que te quitan las ganas de entrar a comer. Por eso, es totalmente acertado que un espacio donde se va a disfrutar, el disfrute se acentúe con obras artísticas de verdadero interés.

Ana Bellido, la artista gaditana afincada en Lebrija, ofrece al cliente de Abantal una pequeña muestra de su poderosa obra gráfica. En ella nos encontramos, bellamente interpretados, vestigios de una historia que ella recrea a retazos, como testimonios mediatos de una realidad que ha sido felizmente encontrada para desarrollar su trascendente huella de tiempo transcurrido.

La artista manipula la materia gráfica, la hace bella, le otorga aspectos referenciales y la dota de una dimensión significativa donde se mezclan aspectos y registros plásticos de muy diversa naturaleza.

Ana Bellido nos vuelve a conducir por los mejores terrenos de la difícil formulación gráfica, esa que se consigue tras un contundente dominio de la materia en todos sus aspectos y que abre las máximas perspectivas artísticas. Como ocurre con los artistas acostumbrados a intervenir los útiles plásticos, la autora consigue extraer a los elementos materiales todo su poder, sometiéndolos a cuantas experiencias significativas puedan provocar su infinito desarrollo estético. Desde una suprema posición conformante, la obra de Ana Bellido transita por una realidad sugerida, donde la evocación, lo pretérito, lo presentido juega un papel determinante.

Cuando la crisis acucia y muchos espacios ven sus puertas cerradas, un restaurante abre las perspectivas para que en él arte y gastronomía ejerzan un feliz maridaje.

Restaurante Abantal Sevilla

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