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El arte abstracto de uno de los grandes

La década de los años sesenta de la anterior centuria supuso para el arte español el comienzo de ese definitivo afianzamiento de las nuevas estructuras artísticas que se venía realizado desde fechas anteriores. Algunos de los artistas andaluces de mayor proyección, también, empezaron a dejarse oír con cierta fuerza. En Sevilla, la realidad plástica, muy anclada hasta el momento en determinados parámetros de la tradición, se comenzó a poner las bases de una incipientes modernidad artísticas, anhelada y necesaria para salir de los ambientes que tenían lugar en una ciudad demasiado apegada a sus modos de un pasado, ilustre pero que debía abrirse a nuevos postulados.

Protagonistas con verdadero peso específico en ese relanzamiento de un arte nuevo para la Sevilla del momento fueron tres artistas, José Ramón Sierra, Gerardo Delgado y Juan Suárez; de Olivares, los dos primeros; y de El Puerto de Santa María, el tercero. Los tres comparten muchas situaciones y circunstancias existenciales en aquel tiempo iniciático de anhelos, búsquedas y encuentros.

La muestra de Gerardo Delgado en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo continúa el programa expositivo de la institución artística que preside Juan Antonio Álvarez Reyes, ese que pretende rendir homenaje a los artistas andaluces de absoluta transcendencia y que son referencia determinante parar el conocimiento del arte realizado en la comunidad. Como ocurrió con las exposiciones del El Equipo 57, Nacho Criado, José Ramón Sierra, Luis Gordillo y Carmen Laffón, la comparecencia de Gerardo Delgado viene a posibilidad el acercamiento a la historia artística reciente mediante la obra de un autor fundamental en el contexto general de la pintura abstracta española.

El recorrido por la obra del artista sevillano se efectúa a través de varias etapas cronológicas, con algunas situaciones muy importantes dentro del conjunto de su producción. En primer lugar, la obra de aquellos años 60 en la que ya abraza con determinación la fe abstracta, pero concediendo a esta una dimensión racional mediante un geometrismo que tiene mucho de los postulados estructurales que se pusieron de moda desde la Bauhaus y sus coetáneos movimientos vanguardistas. En este primer conjunto, hay que mencionar las obras que planteó con un vetusto ordenador IBM -computadores como se decía en aquella época- y que realizó en su estancia en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, compartiendo intereses creativos y posiciones estéticas con Elena Asins, José María Ytulrrade o Manolo Barbadillo, entre otros.

Otro momento importante en esta muestra es el que recoge el trabajo de los años setenta, con un Gerardo Delgado más preocupado por la plástica pictórica, por la materia propiamente dicha. Encontramos obras que muestran una incesante preocupación por las texturas, por la emoción del color, por las interacciones de este: son pinturas que se acercan a los planteamientos del expresionismo abstracto americano, con claras referencias a sus pintores más afines a aquel colour-field-painting, Mark Rothko, Clifford Still y Barnett Newman, por citar sólo algunos. Pasados los años iniciáticos de búsqueda y de posicionamiento en los que había, sobre todo, una experimentación sobre los modelos establecidos, a los que los artistas sometían a notables procesos, Gerardo Delgado realiza una obra de mayor personalidad, investigando sobre maneras creativas y ahondando en una pintura a la que, cada vez más, le concede un mayor carácter y entidad.

La exposición presenta, así mismo y por primera vez, una serie realizada durante un largo periodo de tiempo, que el artista crea como trabajo de tesis doctoral, y que se trata de un conjunto de obras de gran racionalidad sobre dos modelos de azulejos existentes en los Reales Alcázares de Sevilla, De nuevo, la geometría está presente posibilitando una realidad abstracta con infinitas posibilidades.

Muy importante me parece, también, la serie de catorce lienzos pintando en un contundente y poderoso color negro, Ruta de San Mateo YG, basada en la Pasión según San Mateo de J. S. Bach; con estas obras, la fuerza de la plástica alcanza todo su poder.

Estamos, en definitiva, ante varios momentos importantes en la producción artísticas de uno de los grandes pintores abstractos andaluces y españoles.

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