La fotografía como ámbito de estudio multidisciplinar vuelve ser una de la protagonistas de los Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz en su sexagésima edición. El seminario Panorama general de la creación fotográfica española actual: una segunda aproximación, coordinado por el fotógrafo y asesor de la línea de exposiciones de la UCA Jesús Micó, proyecta durante tres días un compendio de puntos de vista y análisis de mano de profesionales que persiguen exponer, analizar y fomentar el diálogo desde un prisma que abarca la realización artística, la investigación, la conservación o el coleccionismo, entre otros aspectos.

La primera jornada, celebrada ayer, contó con la presencia de Josep Vicent Monzó, conservador jefe de fotografía del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), y Catherine Coleman, conservadora jefe del departamento de fotografía del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Ambos disertaron sobre la investigación y conservación que precisa un catálogo fotográfico y que conlleva el seleccionar y adquirir obras para su posterior difusión, amén de animar al debate sobre la posible controversia entre fotografía artística y documental como marchamo de trabajo creativo y contenido conceptual.

Bajo el título Fotografía y Fotomontaje en el IVAM, Josep Vicent Monzó expuso en primer lugar la “labor de estudio de las bases historiográficas del arte moderno” que lleva a cabo el instituto para el que desarrolla su labor, recalcando el carácter pionero en incorporar la fotografía dentro del espacio de la exposición y con la consigna de resaltar a los creadores que transforman su manera de expresarse.

Monzó desplegó toda una selección de trabajos de autores que de alguna u otra manera han contribuido con su objetivo a captar realidades contrapuestas, políticamente subversivas o comprometidas socialmente desde el vehículo del collage y el fotomontaje. Tal es el caso de Heartfield, Moholy-Nagy o Klucis, de movimientos como el constructivismo o la influencia de la Bauhaus pero también de nombres patrios como Català Pic o Josep Renau. Y también desde la fuerza expresiva del retrato con autores como Centelles, que trabajó la puesta en escena, o Lewis Hine, que en palabras del ponente fue “el primero, en mirar de frente a los retratados” desde la complicidad con el modelo.

El conservador jefe de fotografía del IVAM aderezó además su disertación con anécdotas personales en la adquisición de obras fotográficas y expuso el estado de la cuestión existente en relación al mercado de la fotografía, desde la distinción entre copias de época y copias vintage, hechas a posteriori y que devalúan considerablemente el precio de venta, hasta la seriación de imágenes a través de pactos comerciales entre comprador y vendedor.

Por su parte, Catherine Coleman se presentó en la UCA con la ponencia La Fotografía: un medio en constante evolución, que comenzó caracterizando la fotografía como una disciplina “híbrida”, en la que conviven permanentes dicotomías: analógico o digital, creación o manipulación, artística o documental, y de la que recorrió el sendero de su historia a través de los hitos técnicos y creativos, desde Henry Fox Talbot hasta el desplazamiento del procesado químico por el digital, que le otorga “infinitas posibilidades y nuevas reglas de juego”.

A partir de una selección del Reina Sofía, Coleman reivindicó la necesidad de contextualización del material como clave para la interpretación por parte del público de las obras expuestas en galerías y museos, para “comprender que está colgado en la pared”, como sucede con la fotografía arquitectónica.

En cuanto al retrato, destacó el papel vicario de la fotografía al recoger el testigo de la escultura como reflejo de la realidad y la individualidad, que coincide con la visión de Monzó de implicarse con la situación, y del fotógrafo como protagonista de su propia obra, con la imposición de un estilo. Ambos pusieron de relieve también la necesidad de la didáctica y la explicación de la obra dentro del arte contemporáneo frente al adoctrinamiento del arte conceptual.