El XXII Festival de Jerez incide en su apuesta por mostrar el carácter universal del flamenco con la Gala de los Ganadores del Concurso Internacional de Baile Flamenco Puro de Turín en su quinta edición. El contrapunto a esta especie de 'aldea global' del flamenco lo pondrá un artista de la tierra: el gaditano Jesús Fernández. El bailaor estrena, en esta ocasión, Puntos inacabados, una propuesta que presentará en Sala Paúl, dentro del ciclo Baile con ellos, donde aborda la "comunicación entre diferentes disciplinas artísticas", según Daniel Doña, director escénico.

Doña ha tratado de "poner en orden" el universo estético de Fernández, sin inmiscuirse en su lenguaje como bailaor. El resultado es "un espectáculo de comunicación, no de fusión". Esas vías de diálogo se establecen entre la danza española y el flamenco, "conjugando esos lenguajes", sin que lleguen a mezclarse.

En Puntos inacabados el bailaor gaditano viene a entrar en relación "con otras disciplinas" con el propósito de "hacer crecer el abanico de su baile para llegar a lugares concretos", según Doña. El número que viene a representar "la síntesis absoluta" de este montaje es el paso a dos que interpreta Jesús Fernández junto al bailarín Iván Amaya. Daniel Doña se mostró partidario de "perder el miedo a tener un prisma más contemporáneo del flamenco". A este respecto, señaló que "todo suma, no resta, siempre y cuando se sepa de dónde se viene y adónde se va". Puntos inacabados es el primer montaje de Jesús Fernández en gran formato.

Previamente, a las 19 horas, los ganadores del V Concurso Internacional de Baile Flamenco Puro de Turín actuarán en la Sala Compañía con la organización de Manuel Betanzos y Mónica Morra.

De dar coherencia a la energía e inquietudes de un grupo de 60 personas -procedentes de Italia, Japón, Australia, Rusia e Reino Unido, entre otros países- serán responsables tanto Morra como Betanzos, bajo el título de '#JerezApoyaLosSueños'. Sin embargo, los números de baile que se pondrán en escena serán los mismos con los que estos jóvenes talentos obtuvieron su correspondiente premio en el citado Concurso.

La filosofía es que sus participantes "tengan una experiencia de crecimiento", según Mónica Morra. Así las cosas, ideó un certamen con muchas categorías con el objeto de "dar la oportunidad a la gente que, todavía estaba en proceso de aprendizaje, de bailar", añadió. Pretendía, de este modo, romper la dinámica de otros concursos concebidos para profesionales.