Cultura

'Sorgo rojo' despide hasta otoño el ciclo de China en el COA

  • El Colegio de Arquitectos proyecta hoy la película del cineasta Zhang Yimou

El Colegio de Arquitectos de Cádiz interrumpe los actos del ciclo que este año está dedicando a China con la proyección hoy a las 20:30 en su sede de la Plaza de Mina de Sorgo rojo, ópera prima del gran cineasta Zhang Yimou. El ciclo volverá a partir de septiembre.

Aparte de sus valores propios como película, Sorgo rojo vale como muestra representativa de lo que se ha dado en llamar Quinta Generación del cine chino, de la que Yimou es digno representante junto con otros compañeros como Chen Kaige. Este grupo se conoció en el Instituto Cinematográfico de Beijing entre 1978 y 1982, donde fueron compañeros de promoción. Además de esto les unía el haber sufrido las iras de la Revolución Cultural Maoísta con lo que no eran muy afines al régimen chino. De hecho, tuvieron problemas en sus carreras profesionales, como el propio Zhang Yimou, que vio prohibido dos de sus filmes y padeció censuras y trabas burocráticas en sus rodajes.

Pero además del compañerismo estudiantil y de sus reticencias ante el gigante chino -al que paradójicamente dieron días de gloria cuando sus filmes ganaron en Festivales Internacionales y dieron a conocer mundialmente los filmes del Celeste Imperio- la Quinta Generación también tiene unas características estilísticas. Su gusto por hacer un realismo poético frente al desnudo realismo socialista. Su belleza formal pero si caer nunca en el esteticismo vacío. El poder del simbolismo en las imágenes, que más allá del guión literario y de los diálogos son las que vehiculan el discurso.

Sorgo rojo se convierte así en un manifiesto de la Quinta Generación. Su triunfo en el Festival de Berlín de 1988 ganando el Oso de Oro abrió el camino al reconocimiento del cine chino. Es un aparente melodrama que ya tiene todas las características que Yimou llevaría a la perfección en sus obras maestras posteriores. Un personaje femenino fuerte que centra la acción -encarnado por Gong Li, su musa artística y personal hasta su separación tras La joya de Shangai en 1995-, el color rojo que domina su paleta cromática, más rica de lo que parece, y el simbolismo de una narración presuntamente realista. Simbolismo en el vino que se asemeja a la sangre de la tierra y el del sorgo rojo, metáfora de la comunidad que al final se ve amenazada por los tristes avatares de la historia. Un film fundamental en el desarrollo del cine chino que esta tarde se puede recuperar en el ciclo sobre el Celeste Imperio del Colegio de Arquitectos.

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