Dos solitarios estrenos acompañan este último viernes de junio al desembarco de los Transformers el miércoles pasado. Ambas son dos películas propias de la estación, pues son comedias.

Supercañeras: el internado puede ser una fiesta es el estrafalario título español del original St. Trinian's, nombre del colegio donde transcurre la acción. Es una descocada comedia que vuelve a reunir ante la cámara a la pareja Rupert Everett y Colin Firth, que ya lo fueron en La importancia de llamarse Ernesto. El primero de ellos hace además un doble papel que pone a prueba sus británico sentido del humor, la de la segunda mano. Por su parte. Firth pone en juego su conocida cara de apio como el ministro de Educación inglés. También hay papeles para Lena Headley y para Toby Jones. La historia nos presenta a un colegio de señoritas que es famoso por su indisciplina y el grado de libertad de sus alumnas, con la complicidad de su directora que cree en ese sistema de enseñanza. Pero los graves problemas económicos que acarrea la institución la llevan al borde del cierre, además de que el antiguo novio de la directora es el ministro de Educación y quiere reformar el colegio. Las chicas, que temen perder su libertad, planean un arriesgado plan. Robar el conocido cuadro La joven de la perla (Firth protagonizó el film llamado igual) y con los beneficios salvar la institución.

LOL es una comedia francesa, que goza de un buen momento como lo demuestra que lleguen a nuestras carteleras con regularidad. Sophie Marceau es la protagonista. El título significa dos cosas. Las iniciales de "muerto de risa" en inglés dentro de la jerga informática y el nombre de la protagonista, Lola. Cuando vuelve al instituto después de las vacaciones se encuentra con que su amigo más especial la ha engañado con otra. Además, las cosas se complican en su vida cuando su diario es leído, su pandilla de siempre empieza a comportarse extrañamente con ella y su madre no se decide coqueteando a la vez con un policía y su exmarido.