Sí, Bernardo Palomo está en su salsa. Crítico de arte de Diario de Jerez desde hace más de dos décadas, y comisario de la sala 'ArteaDiario', interpretar una obra, escribir sobre ella, 'leerla' con sus ojos acostumbrados a discernir lo bueno de lo malo, o conocer las propuestas de nuevos artistas, le hace sentir bien. Maestro de escuela, profesor en el Miguel de Cervantes, asistir a una de sus clases sobre el Sistema Métrico Decimal, por ejemplo, con niños de 9 años, es otra prueba de que hizo de nuevo caso a sus vocaciones. Es escritor, y se desparrama en cada una de sus obras. En su mayoría, con el arte contemporáneo como protagonista. Y sigue estando en su salsa.

Tanto tiempo 'entre fogones' merecía una recompensa, un reconocimiento. Lo recogió ayer al ser recibido por la Academia San Dionisio como nuevo miembro correspondiente de dicha corporación. "Es un honor que cuente conmigo una de las instituciones culturales más importantes de la ciudad. La Academia siempre ha sido un referente. Es un honor que no se puede desechar, sería un pecado de lesa humanidad decir que no. Me siento tremendamente honrado con que me hayan llamado", comenta Palomo.

El crítico de arte asegura que en una Academia con tres partes perfectamente diferencias como son las ciencias, artes y letras, "desde mi tarea o aspecto relacionado con el mundo del arte, creo que se pueden hacer muchas cosas artísticas, de contemporáneo. Pienso que la parte artística es la menos numerosa en la corporación, con menor representación". Bernardo Palomo asegura que desde esta nueva tribuna apostará por "un mayor movimiento artístico en dicha entidad, ya sea en forma de exposiciones o de conferencias, pero sobre todo, que el arte contemporáneo esté muy presente en la ciudad".

El nuevo académico correspondiente, que estuvo arropado en el acto por numerosos amigos, familiares y miembros de la entidad, fue presentado por el secretario de la Academia, Andrés Luis Cañadas Machado. Bernardo Palomo ofreció una conferencia de ingreso centrada en el 'Arte contemporáneo: del desconocimiento a la aceptación'. "Quiero que la persona que se ponga delante de una obra, sepa darle la mirada adecuada. El gran problema que tiene la aceptación del arte contemporáneo es que no se le da la mirada adecuada. Claro, cuando hay un cuadro en el que está presente la realidad y la no concreción, hay un desajuste. Y con mi ponencia, lo que intento es que el público en general sepa que el arte tiene infinitas miradas".

Y así, en una mesa de maestro, ante un público infantil, Bernardo Palomo se enfrenta a una entrevista por este galardón. "¡No penséis que mañana (por hoy) -advierte a sus alumnos- voy a venir con un trofeo a la clase!". Lo dice ante un foro infantil, orgulloso de su maestro. Horas después, ante un público algo más mayor y solemne, impartió otra 'lección', más cercana al colorido y los sentimientos que a los números en una libreta. Dos espacios dispares en los que Bernardo Palomo se siente como en casa, y en su salsa.