Gabino Diego. Actor

"Siempre he vivido la comedia como un drama"

  • El madrileño tiene una doble cita con Cádiz, hoy será la Presencia Cinematográfica de la UCA y mañana estará en el Falla con 'Nuestras mujeres'.

"¿Sabes que yo produje un disco a un paisano vuestro? Bueno, y un buen amigo mío". Gabino Diego, camino al Sur, se acuerda del guitarrista y compositor barbateño Nono García y de aquel imprescindible Atún y Chocolate. "El disco, que después vino la película", precisa el actor madrileño que no pierde la pinta de americano despistado que José Luis Cuerda aprovechara tan bien. La fachada, sólo. Porque Gabino Diego sabe muy bien donde está, qué tierra pisa y hacia dónde quiere dirigirse. Por lo pronto, hoy al edificio Constitución 1812, antiguo Aulario La Bomba, donde será la Presencia Cinematográfica del ciclo de la Universidad de Cádiz; y mañana, al Gran Teatro Falla donde se meterá en la piel de Pablo, uno de los tres protagonistas de la tragicomedia de Eric Assous Nuestras mujeres que en su versión patria dirige Gabriel Olivares.

-En Cádiz por partida doble. En la Universidad y en el Teatro. ¿Es satisfactorio para un actor este tipo de dobles citas?

-Sí, claro. Para un actor el hecho de poder contar sus experiencias y ayudar a la gente contando su recorrido por la profesión resulta muy satisfactorio pero ocurre que, al final, en ese tipo de encuentros uno aprende más que lo que enseña.

-No sé si le ha ocurrido que en estos encuentros siempre le hagan una pregunta recurrente o alguna que le haya sorprendido especialmente...

-No... Creo que no. Lo bueno de estas cosas es que cuando un alumno te pregunte algo pues tú le puedas sorprender con alguna anécdota o con algo novedoso, o con una respuesta que ni se imagina... Pero, bueno, a ver qué me encuentro en Cádiz... Con lo creativos que sois...

-Vamos a trasladarnos ahora a las tablas del teatro. Viene con una obra de ésas en las que se pone en un brete a los protagonistas pero, también, al espectador. Esperan a un amigo que, cuando llega a la cita, les cuenta que ha matado a su mujer. Un comienzo duro...

-A ver, la función es la de una tragedia cómica, o una comedia dramática, donde están dos personajes esperando a un tercero, que se retrasa, para jugar una partida cartas. Cuando llega, efectivamente, suelta en el escenario la bomba que el autor utiliza como detonante de la obra, sólo como detonante. Explico esto porque no quiero que el espectador piense que la función trata sobre la violencia de género. El asesinato es, entiéndame, una excusa para que los personajes se quiten las caretas, para explorar cómo son sus vidas y para ahondar en si son, o no, tan amigos.

-'Nuestras mujeres' y sin mujeres en escena

-Las mujeres están, digamos, planeando sobre la escena y sobre la acción. Son testigos de la relación de estos hombres. Y, es curioso, que esta obra a quien más gusta es a las mujeres porque aquí los hombres se abren mostrando sus sentimientos. La verdad es que el texto de Nuestras mujeres es maravilloso, a mí me enamoró, tiene algo de thriller, de comedia, de clown, de drama, de ternura... Suceden muchas cosas en hora y media. Hay muchos giros y cuando el espectador piensa que no puede pasar nada más, hay de nuevo otro giro que lo sorprende. Quizás los personajes no son tan buenos como parecen, o tan malos...

-¿Desde dónde se debe colocar el actor en una obra como ésta donde un debate moral se envuelve en un vodevil?

-A mi juicio el actor siempre tiene que trabajar desde la verdad, sea en el estilo que sea. Uno siempre tiene que vivir las cosas. Yo, por ejemplo, siempre vivo la comedia como un drama, y cada vez que hago una comedia siempre me he agarrado a lo más dramático de la situación, y si eso produce risa, pues bienvenido sea. ¿Te acuerdas de Belle Époque? Mi personaje, muy cómico, un día se hace republicano, otro carlista, al siguiente quiere quemar una iglesia, al siguiente irse a rezar... Pues yo lo trabajé desde el sufrimiento que sentía ese hombre, ese sentirse descolocado que provoca sufrimiento. Debajo de cada comedia siempre hay un drama... Pero bueno en Nuestras mujeres hay mucha risa, ¿eh?, hay mucho disparate y mucha ternura.

-¿Quién es Pablo y cómo se comporta tras 'la bomba' del amigo?

-Pues al principio se asusta y medita si debería de denunciar al amigo o no. Pablo es doctor, muy conciliador, pacificador, pero tiene un mundo oscuro que iremos viendo poco a poco en la obra. Es un reumatólogo que tiene problemas de espalda y eso dice mucho de lo que de verdad es... Eso sí te digo, si en vez de Pablo fuera yo el que me enfrentara a esa situación, no lo pensaría, sólo aparecer mi amigo y lo llevaba a comisaría.

-Hay una pregunta que también planea sobre todo el texto, algo así como ¿qué entendemos por un hombre triunfador? Yo quiero saber qué es triunfar para usted.

-Yo creo que triunfar es ser feliz, vivir tranquilo, tener gente que te quiera. Y es difícil definir eso de ser feliz en un mundo como en el que vivimos donde triunfar es sinónimo de ser rico o tener cosas.

-Bajo esa premisa, éstos son tres perdedores, ¿no?

-Unos desgraciados aunque eso no se ve de primeras. Esta obra te hace reflexionar e, insisto, también reír y causa mucha sorpresa.

-¿Cómo ha sido el trabajo con los 'Antonios' (Garrido y Hortelano)?

-Ha ido muy bien y, en parte, es gracias a Gabriel Olivares que nos ha dirigido muy bien, ha realizado un trabajo muy fino sacando toda esa parte de vodevil de la función. Ha hecho una coreografía maravillosa, ya sabes que Gabriel se caracteriza por mover mucho y muy bien a los actores en escena, y eso posibilita que el público se sienta partícipe del montaje. Así que se ha creado mucha sincronía entre los tres actores. Tenemos que estar a tope los tres durante la función, jugando entre nosotros , mirándonos... Hay una sincronicidad muy especial.

-La obra francesa tuvo su versión cinematográfica. Si en España la tuviera, ¿quién cree que podría dirigirla?

-No creo que se haga pero si se hiciera yo apostaría por un director maravilloso, Miguel Ángel Lamata, el último con el que he trabajado y, de hecho, la película se estrena ahora en junio en el Festival de Málaga, Nuestros amantes, se llama, con Eduardo Noriega, Amaia Salamanca y Michelle Jenner. Creo que Lamata lo haría muy bien, es un director muy fresco.

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