Cultura

La X Semana de Estudios Alfonsíes profundiza en la figura del Rey Sabio

  • El Castillo de San Marcos de El Puerto acoge desde hoy una nueva edición de esta cita bienal, dedicada este año a la 'Religión y sociedad en tiempos de Alfonso X: culto y devoción marianos'

Esta tarde arranca en el Castillo de San Marcos de El Puerto de Santa María una nueva edición, la décima, de la Semana de Estudios Alfonsíes, una cita de carácter bienal que por tanto cumple ahora veinte años de vida y que, organizado por la Cátedra Alfonso X el Sabio, se ha convertido en el encuentro más importante en torno a la figura de este castellano y de su época, el siglo XIII, fundamental en la posterior configuración de la corona de Castilla y de España como país. Con más de un centenar de congresistas confirmados, las jornadas están este año dedicadas a analizar la Religión y sociedad en tiempos de Alfonso X: culto y devoción marianos, una nueva oportunidad para profundizar en la figura y la significación del Rey Sabio.

El director de la Cátedra Alfonso X el Sabio, Manuel González Jiménez, es uno de los coordinadores de estas jornadas, labor que comparte con Carlos de Ayala Martínez, Rafael Sánchez Saus y Rafael Cano Aguilar. Las primeras jornadas se celebraron en El Puerto en 1998, y nacieron con el impulso del Grupo Caballero y su presidente, Luis Caballero Florido, y de un grupo de profesores universitarios. De aquel esfuerzo científico e investigador surgió también la citada Cátedra, que quedó establecida en el castillo portuense casi como homenaje al repoblador y fundador de la villa y a quien, precisamente, le otorgó el nombre de Gran Puerto de Santa María, como señala Manuel González Jiménez: "Hay que recordar que en el castillo y en la antigua mezquita musulmana, convertida en iglesia, se dio culto a la imagen de Santa María, a la que hoy se conoce con el nombre de Virgen de los Milagros. Esta imagen fue cantada por el propio rey-poeta en una serie de cantigas de su obra señera, las Cantigas de Santa María".

En esta ocasión, los congresistas profundizarán durante los tres días de estas jornadas sobre la religiosidad y la sociedad en el siglo XIII, con especial mención a la devoción mariana que tanto cultivó el monarca castellano: "Una serie de especialistas, procedentes de distintas universidades españolas y extranjeras, abordarán temas bastante variados relacionados con ello: la devoción mariana en la España del siglo XIII, la iconografía hispalense en tiempos de Alfonso X, un estudio de las dos imágenes alfonsíes en El Puerto de Santa María; otro sobre la utilización política de la devoción mariana por el monarca, así como la incidencia del culto mariano en la repoblación de Andalucía; también las formas de la religiosidad medieval en la región de Cádiz, la devoción mariana como expresión de la religiosidad popular en Andalucía, y la Virgen María en el Islam y la tradición andalusí", explica González Jiménez.

Reivindicar la figura del Rey Sabio es uno de los objetivos de esta Cátedra y de estas jornadas, verdadero referente investigador en torno a un monarca que "gustaba de llamarse rey 'de Castilla, de León y del Andalucía' en ocasiones especialmente solemnes", dice el director de la Cátedra, quien resalta las principales características del monarca: "Culto y refinado, protector de poetas, sabios y artistas, generoso y liberal, despertó entre sus contemporáneos la misma admiración e interés y hasta la polémica histórica que su personalidad y su obra ha suscitado y aún suscita entre los historiadores. Su fama ha trascendido hasta hoy debido principalmente a su afición por la poesía y la promoción de la cultura. Favoreció la traducción al castellano de obras científicas y la compilación de leyes nuevas, entre las que destaca su código de las Siete Partidas que durante siglos tuvieron una vigencia secular. Tuvo también una actividad política de enorme trascendencia, hasta el punto de que a él se deben la repoblación de Andalucía y Murcia, y una serie de medidas políticas de gran alcance como la convocatoria frecuente de las Cortes y la organización de la hacienda pública. Por todo ello, puede decirse que Alfonso X sentó las bases del Estado moderno. En definitiva, las Semanas de Estudios Alfonsíes pretenden difundir el conocimiento y comprensión de uno de los monarcas más importantes de nuestra historia y de una época, el siglo XIII, absolutamente fundamental en la formación de España y de Europa".

Pese a esto, Manuel González, catedrático emérito de la Universidad de Sevilla, reconoce que Alfonso X es "uno de los grandes desconocidos: "Todo lo más que se enseña en las escuelas y en el bachillerato es que mandó escribir la Cantigas y, en algunos casos, que fue el que dio forma literaria al castellano, lengua que en su reinado tuvo carácter oficial, abandonando el latín hasta entonces dominante en los documentos públicos y privados. Pero son otros muchos los aspectos que pueden tratarse y difundirse. Hasta hoy, la Cátedra Alfonso X ha editado diversas monografías y nueve volúmenes de su revista bienal Alcanate. Revista de Estudios Alfonsíes, donde se publican las ponencias expuestas en las nueve reuniones celebradas hasta el momento. Sin pretensiones, me atrevo a decir que estas reuniones de carácter monográfico son, sin duda, las más importantes de las existentes en torno a la figura del Rey Sabio. Han supuesto un sustancial incremento y difusión del conocimiento del reinado de Alfonso X".

Y más si se tiene en cuenta la especial vinculación que el rey tuvo con Cádiz, con la ciudad que reconquistó y en la que quiso ser enterrado en Santa Cruz, y con su provincia. "La relación de Alfonso X con Cádiz y su entorno, desde Jerez a Arcos, de Vejer a la Bahía, fue muy estrecha y personal -relata Manuel González-. No sólo conquistó el territorio, sino que lo repobló y organizó políticamente de manera definitiva. Creó también el obispado de Cádiz, cuyo territorio, al sur del Guadalete, perteneció hasta 1267 al arzobispado de Sevilla. Trató de hacer de Cádiz no sólo una ciudad dotada de un amplio término sino una plaza militar de primer orden, pensando en la posible conquista del norte de África, sino en un activo centro comercial de carácter internacional. Las cosas no salieron como él las había imaginado y, por circunstancias que no hacen al caso, su restos descansan en Sevilla y Murcia, ciudades ambas, como Cádiz, por él repobladas y organizadas".

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