Cultura

'La Pepa 1808-1812', un mundo de aventuras

  • La escritora Mª Isabel Molina trata en su obra la historia de Cádiz y las Cortes Constituyentes para niños y adolescentes

¿Quién podría imaginar que La Pepa, llegada desde México, aprendería en Cádiz el valor y la importancia de unas Cortes que marcaron la historia de España? Y lo que es aún mejor, que los más pequeños de la casa aprendan y se diviertan, a través de la lectura.

Estos y otros muchos detalles son los que hacen que la obra La Pepa 1808-1812. Tiempos de Constitución, de Mª Isabel Molina, atraiga a niños y adolescentes. "Lo que más suele gustar a los chicos de mis libros es la aventura, la descripción de los escenarios, la fantasía hecha realidad", argumenta la escritora.

La obra se centra en la aventura de una niña americana, hija de un español y una mujer de la Alta California. Al morir sus padres, es enviada a España, concretamente a Cádiz, donde la espera su hermanastro, al que no conoce; un noble gaditano de 1812 interesado en la política y en las Cortes. Su tía la trata con cierta hostilidad ya que La Pepa, era una niña solitaria, con una cultura muy diferente y liberal. En la Tacita correrá diversas aventuras que incluyen su propio secuestro por parte de unos guerrilleros.

La historia concluye el 19 de marzo con la proclamación de la Constitución, a la que asiste con su hermano, constituyente. "En definitiva es una trama novelesca e histórica, con un ambiente diferente, y atractiva para los jóvenes por esa mezcla de ficción y realidad", explica la autora.

Para Mª Isabel Molina, dedicada durante su trayectoria a la creación de libros para un público juvenil, "lo más importante es que los niños se lo pasen bien, se diviertan. Luego, la lectura añade conocimientos y datos. Estamos en una cultura en la que es imprescindible la comprensión y el conocimiento como herramienta de trabajo".

Además, para la creadora, no son indispensables escenarios exóticos ni personajes extravagantes. "Estamos rodeados de aventuras e historias para contar, sólo hay que abrir los ojos, sentarse y añadir diversión. Las anécdotas, los hechos, están incluso en la puerta de tu casa", concluye, con ilusión, Molina.

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