El film que se proyecta hoy en la recta final de Campus Cinema Alcances demuestra lo que puede ser un patronazgo cultural bien hecho, como sólo lo saben hacer los franceses, por mucho que les duela a algunos. Las horas del verano es un encargo del Museo de Orsay de París para festejar su centenario, y promovió una historia que tuviera que rodarse en sus instalaciones, a guisa de homenaje propagandístico. Un ejemplo que debería cundir en el tan traído y llevado mecenazgo.

Se eligió para esta historia a Olivier Assayas, antiguo crítico que tuvo mucho que ver en la recuperación del cine asiático por parte de Occidente, y que desde hace unos años es uno de los más ascendentes directores galos. Ha contado con la célebre Juliette Binoche de protagonista. La actriz parece haber frenado su carrera internacional y ha vuelto a su país natal. La película habla de tres hermanos que no se llevan muy bien. Una es una exitosa diseñadora en Nueva York, otro es profesor en París y el tercero un hombre de negocios en China. Cuando muere su madre deberán reunirse para tomar una decisión: qué hacer con la importante colección de arte decimonónico que posee la familia. Este encuentro, además del motivo que lo promueve, sirve para que los rencores y su pasado salgan a la luz.