Más allá de su significado religioso, las mezquitas se erigen como epicentros de la vida social de un colectivo heterogéneo y, lamentablemente, aún muy desconocido como es el musulmán. El objetivo del fotógrafo onubense Sebastián Conejo (Valverde del Camino, 1974) nos acerca estos reductos de paz que se levantan de manera tradicional y modesta en el territorio catalán. Una treintena de fotografías que pueden contemplarse en la Kursala del Aulario de la Bomba hasta el próximo día 17 de abril.

Bajo el título de Mezquitas, el autor nos introduce en un mundo de habitaciones enmoquetadas donde geometría, color y luz se entrecruzan en la soledad de unos lugares que, sin embargo, presentimos que pronto serán ocupados. Como si Conejo nos acercara los templos hacia una cómoda familiaridad.

Tal y como explica el fotógrafo Pedro Mateos en el catálogo de la muestra, "las imágenes nos pertenecen de alguna forma. Al compartir las imágenes, se comparte también la búsqueda que las origina, búsqueda de lo íntimo a partir de lo ajeno, de lo externo, de lo fenoménico".

El fotógrafo toma imágenes de distintas mezquitas situadas en Cataluña, extensión que cuenta hoy en día "con unos 180 oratorios", como recuerda el antropólogo Jordi Moreras en las páginas del álbum. De Mataró a Gavá, pasando por Montmeló, Hospitalet y Barcelona, entre otras ciudades, la mirada de Conejo se posa en distintos centros islámicos que hablan de la voluntad por mantener una identidad.