Tras su recorrido por distintos puntos de la geografía gaditana, La gran final, comedia musical de Antonio Martínez Ares, estrenada el 4 de noviembre de 2008 en el Gran Teatro Falla con lleno absoluto, vuelve a ser representada en la capital.

La obra, no carente de polémica tanto dentro como fuera de las tablas, podrá ser disfrutada en la sala Teatro-Anfiteatro, el próximo jueves 20, a partir de las 22.00 horas. El precio de la entrada, que incluye una consumición mínima, es de 15 euros y puede ser adquirida en el videoclub Elios y en la Taberna del Almirante, ubicada en el barrio de El Pópulo.

Una final caótica del concurso de carnaval, con la actuación de cada una de sus correspondientes modalidades, en la que el presentador pasa la peor noche de su vida, ofrecen una situación que según palabras de su creador: "Nunca ha ocurrido en el Falla pero es fácil que ocurriera".

Mucha música, mucho teatro y el carnaval como excusa para demostrar que en esta ciudad se pueden cultivar otras disciplinas artísticas, a pesar de que éste se utilice como seña de identidad, como código que la gente reconoce y como premisa que arrastra adeptos consigo.

Sin embargo, hay que tener criterio crítico para poder disfrutar de ella ya que, como el propio Ares reconoce: "Es una obra para sacar los trapos sucios", "Les gusta mucho a quienes no les gusta el carnaval".

Los cambios realizados para su próxima puesta en escena son escasos ya que se mantendrá como en su origen en el 90%. Tampoco los ha sufrido en el resto de localidades donde ha hecho parada. Y parada está la iniciativa de que la obra viaje a Montevideo. " Cada vez es menos lógico ir a Uruguay", ha afirmado el ex comparsista.

Nuevos proyectos sí que parecen estar en ciernes al confesar que un nuevo musical flamenco, que llevará por título Cueva del pájaro azul, vuela por su mente.

Con respecto a la labor realizada por Hecuba Producciones que, además de hacer posible este reencuentro, trabaja para traer más teatro a la ciudad hace hincapié en la necesidad de ello y dice echar de menos la "vergüenza torera" de los políticos para apoyarlos.