Hay dos tipos de cine argentino. Uno, el más carismático, el de las comedias costumbristas que presentan a tiernos personajes, cuyo emblema es Juan José Campanella y El hijo de la novia o los filmes protagonizados por Diego Peretti, tipo No sos vos, soy yo. Pero hay otros títulos, obra de Pablo Trapero o Lucía Martel, que no se ajustan a este modelo. Son películas donde apenas se habla y todo transcurre subterráneamente. A este bloque pertenece XXY.

Dirigida por Lucía Puenzo - hija de uno de los impulsores del cine argentino-, la película trata el tema del hermafroditismo y está basada en un cuento de Sergio Bizzio. Protagonizada por Ricardo Darín, obtuvo sendos premios en Cannes y el Goya a la Mejor Película de Habla Hispana. La trama de XXY nos presenta a una adolescente que desde que nació fue problemática. Vive con sus padres en una cabaña aislada. Un matrimonio amigo (él, cirujano plástico) pasa allí unos días con su hijo. Este se siente atraído por su joven anfitriona y descubrirá su secreto: posee los dos sexos.