"No en pocas ocasiones en la historia -decía Virginia Woolf, en torno a la cuestión de creación y mujeres- anónimo ha sido una mujer". Justo una jornada después de que se celebre el Día Mundial de las Escritoras, el Teatro Falla acoge la representación de Una habitación propia: la adaptación a escena del ensayo que la escritora británica elaboró en torno a la emancipación del sexo femenino.
Bajo dirección de María Ruiz e interpretada por Clara Sanchis, Una habitación propia retoma las preguntas que Woolf planteó en su texto, publicado tras la aprobación de la ley del sufragio femenino completo en Reino Unido. En la obra que podrá verse está noche, Sanchis da vida a una escritora que habla ante unas jóvenes estudiantes del tema de "las mujeres y la literatura". Sus palabras, irónicas y afiladas, son el relato vivo de un descubrimiento: para dedicarse a la literatura, una mujer necesita dinero y una habitación propia.
Una falsa conferencia que "desemboca, de manera vívida y humorística, en algunas de las ideas más inteligentes sobre el lugar de las mujeres en el mundo, en el momento mismo en el que está eclosionando la mayor revolución social de todos los tiempos: la igualdad de hombres y mujeres ante la ley", señala la directora de la pieza.
En su discurso, Woolf critica los prejuicios a los que debe hacer frente como novelista y reflexiona en torno a realidades, ni mucho menos anecdóticas, que han contribuido a configurar el lugar liminal que han ocupado las mujeres a lo largo de la historia - "¿Qué habría pasado (sugiere la autora, por ejemplo, en uno de sus planteamientos más conocidos y palmarios) si William Shakespeare hubiera tenido una hermana extraordinariamente dotada?"-.
Para Clara Sanchis, candidata a dos premios Max en montajes de la Compañía Nacional de Teatro, el ensayo de Woolf es una obra que "duele, inquieta e ilumina, que quita el sueño. Una habitación propia estaba pidiendo a gritos llegar los escenarios".
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