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Concierto Pop en El Puerto

Ledatres presentaron en la Sala Milwaukee sus nuevas creaciones

  • El cuarteto ofreció en la noche del martes un repaso por sus últimas canciones y por sus anteriores trabajos, durante hora y media de excelente pop psicodélico

La noche arrancó tarde y fría. Muy poca gente y un viento musculado que invitaba a tomarse un vaso de leche caliente en casa. Para cuando Fred&Kate, teloneros del evento, se subieron al escenario de la Sala Milwaukee sobre las once y cuarto de la noche, el público empezó a dejarse caer por el local muy poco a poco. Paco Loco, que se acercó al Milwaukee para ver a sus "pupilos", los describió con sorprendente precisión: "Son muy buenos; pero son más country que cuando se juntaban Johnny Cash y June Carter Cash a tocar algo en el porche de su casa".

Efectivamente: antes de la irrupción de los Ledatres en la sala, la pareja de Canadá deleitó al metamórfico público con un puñado de temas procedentes del country más radical, que si bien debía ser magnífico para los amantes de este tipo de música, también desentonaba de manera palpable con lo que iba a interpretar a continuación el grupo portuense.

Y algún tipo de impredecible proceso osmótico debió determinar los primeros minutos de la actuación de los Ledatres, que arrancaron con tablas y encanto pero con poca energía. Gran interpretación de todas maneras de We Love You All y Camping Gas Flash, temas de medio tiempo que venían a resumir el lado más amable de sus dos primeros trabajos.

Sin embargo, a partir de Missed Love los guitarreos de Pedro Fernández Perles ganaron en contundencia y la banda respondió con mayor ímpetu. Los teclados de Patricio Espejo empezaron a llenar la sala de tonalidades psicodélicas y el bajo de Chuchi y la batería de Esteban Fernández Perles terminaron de redondear ese sonido que le ha valido tan buenas críticas al grupo de El Puerto.

Pasaporte a otra dimensión vino a demostrar algo poco usual en otras formaciones patrias: a los Ledatres les viene tan bien cantar tanto en español como en inglés. La articulación de los fonemas no determina la calidad de su música, y Pedro se lleva tan bien con Cortázar como con William Blake.

El nutrido público respondió con entusiasmo a las evoluciones del cuarteto sobre el escenario. Sobre todo los grupos de incondicionales que se agolpaban en los laterales de la sala, que se lanzaron a saltar educadamente (sin excesos grunge, que tampoco lo exigía la situación) con Give Me The Hat, uno de los temas ya clásicos de su primer trabajo.

Tras presentar algunas canciones nuevas que integrarán el trabajo que están terminando de editar en los estudios de Paco Loco, y que destacaron por sus ritmos acelerados, casi bailables, el cuarteto pop más elegante a orillas del Guadalete enfilaron el último tramo del concierto echando mano de los títulos más valiosos (para un servidor) de su repertorio: la impresionante Radio Lab, Soy un forzudo de los antiguos y, sobre todo, Hypnagogic, un tema mágico, lleno de matices y repleto de energía. Dos breves minutos y medio que suponen el mejor pop psicodélico que se ha hecho en décadas en el país.

Y eso fue todo (que no es poco). Una hora y media de concierto que mostró las muchas caras de los Ledatres y que dejó a los presentes con la necesidad de saber más acerca de ese nuevo trabajo que está al caer.

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