Tim Burton regresa a los cines el próximo 15 de febrero con la adaptación del musical de terror Sweeney Todd. El barbero diabólico de la calle Fleet, una película en la que vuelve a contar por sexta vez con el actor Johnny Depp. Asesinatos, violencia, terror y humor se entremezclan en esta cinta, que a modo de fábula también habla del amor perdido, como explicó ayer en Madrid el también director de Pesadilla antes de Navidad, Sleepy Hollow o Big fish.

Depp encarna en esta ocasión a Sweeney Todd, un barbero que tras pasar un tiempo en la cárcel regresa al Londres del siglo XVII y descubre que su mujer se ha envenenado y su hija está en manos de un tutor despreciable: el juez Turpin. Atormentado por el amor perdido, planea una venganza junto a la señora Lovett. Según cuenta la leyenda, Todd cortaba la garganta de sus clientes y luego tiraba sus cuerpos por una rampa. Lovett se encargaba de hacerlos picadillo y le servían de relleno para sus famosas empanadillas.

Junto a Depp, protagonizan Sweeney Todd Helena Bonham Carter (Lovett), Alan Rickman (juez Turpin), Timothy Spall (Beadle) y Sacha Baron Cohen (Pirelli), entre otros. Se trata de una película "impresionista y no realista" como detalló Burton, que quiso adaptar la obra original junto al guionista John Logan, a partir del original de 1846 de Thomas Peckett, más tarde adaptada al teatro y ya en los años 70 llevada a las tablas por Christopher Bond y en versión musical por Stephen Sondheim.

El director confesó que le gustó de este texto la mezcla de "emotividad y la belleza de la música, junto al horror y el humor" que destila la obra, "que es además una historia de amor trágico". Burton recordó que todos los actores, excepto Depp, que aquí debuta como cantante en la banda sonora de una película, tuvieron que pasar un casting, sobre todo en el caso de Helena Bonham Carter -que estaba embarazada durante el rodaje-, puesto que su papel de Lovett era el que requería "un mayor nivel de canto".