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John Garrett, ¿agente de S.H.I.E.L.D.?

  • Frank Miller y Bill Sienkiewicz vuelven con su 'Elektra Asesina', que ya protagoniza otro personaje

¡Atención, marvel zombies! Aficionados y amantes de las aventuras y desventuras de los tipos vestidos con capas y mallas. Ésta no es una obra que pueda englobarse dentro de ese género, aunque la peligrosa ninja que le da título sí que nació en una de ellas, concretamente en las páginas del comic-book protagonizado por Daredevil, el abogado de día-defensor de los oprimidos de noche, con el que tuvo un tórrido y, finalmente, dramático, affair.

Pero olvidaos de todo eso, esta historia que un joven Frank Miller, ya en la cresta de la ola precisamente por su impresionante labor como guionista y dibujante en la colección del Cuernecitos, no tenía nada que ver con lo que estábamos acostumbrados. Y este hecho se da principalmente por dos razones: Argumentalmente hablando, Miller nos mete de cabeza en los convulsos años ochenta, donde los todopoderosos Estados Unidos de America extendían sus invisibles tentáculos a lo largo y ancho del globo terráqueo, especialmente en aquellos países sudamericanos en los que el dólar levantaba y derrocaba gobiernos. A todo esto añadidle un tono irónico a tope, ultraviolencia, experimentos con seres humanos y una mordaz crítica a la política (y sus máximos representantes). El resultado fue una obra única, que ya desde su formato especial anunciaba que algo estaba a punto de cambiar. El status del trabajador asalariado, prácticamente en las sombras, variaría de golpe, presentando a la estrella, el autor que podía hacer nuevos y brillantes proyectos en una industria que, precisamente, no estaba pasando por su mejor momento.

La letal ninja aparece en esta nueva entrega en un psiquiátrico

Por si todo esto no fuera, en su momento, suficientemente novedoso, Miller se buscó a un partner in crime que dejaría a todos los lectores boquiabiertos: Bill Sienkiewicz, heredero directo de los lápices de otro genio de esto de las viñetas, Neal Adams, ya dejó ver que lo suyo no era quedarse estancado con un estilo reconocible (echadle un vistazo a sus páginas en la colección de Los Nuevos Mutantes), sino que, tirando de otras influencias (la mayoría provenientes del mundo de la pintura y la ilustración, nada que ver con los tebeos) pintaba, introducía collage, diferentes estilos y técnicas en el que ha quedado para la historia de los Cómics como, si no me equivoco, uno de sus mejores y más recordados trabajos.

Pero bueno, os preguntaréis, ¿de qué va este Elektra Asesina? Pues, al contrario de lo que su título indica, dándole una vuelta de tuerca, la letal ninja entrenada por Stick y el letal grupo La Mano no va a ser la protagonista de esta historia… Me explico. Sí, en el primer capítulo sí que, en primera persona, Elektra Natchios va a hacer un rápido recorrido por su pasado: Su dramático nacimiento, la estrecha relación con su padre, los años universitarios, Matt Murdock, el terrible punto de inflexión que hizo que lo abandonaba todo y se convirtiera en la letal máquina de matar que es, etc…

Pero ahora, sorprendentemente, la encontramos en un psiquiátrico, así que no sabemos a ciencia cierta si lo que nos cuenta, esos retazos del pasado, son verdaderos o si es víctima de la medicación y sufre alucinaciones.

Es entonces cuando entra en escena el personaje que realmente protagoniza esta historia, el agente de S.H.I.E.L.D. John Garrett, un tipo que bajo la supervisión de la división Optecex, ha sido mejorado, convirtiéndolo en un ciborg. Pero no penséis en él como un defensor de la ley y la justicia, el cínico y bebedor tipo se va a ver metido, sin él quererlo, en la investigación del asesinato del presidente de Santa Concepción, un pequeño país sudamericano. Os podéis imaginar quién terminó con la vida del premier. Aunque en realidad, el verdadero objetivo de Elektra es el embajador de los USA en el país, Reich, que oculta en su interior un ser maligno y poderoso, La Bestia.

Garrett no volverá a ser el mismo desde que su camino se cruce con el de la ninja, sufriendo a partir de entonces lo que podíamos llamar un "viaje" de pesadilla entre explosiones, muertos a tutiplén (hasta su psicótico compañero, Perry) y poniéndose del lado de Elektra, marcando su destino y convertido en un objetivo para sus antiguos compañeros de organización y los adeptos de, primero Reich, y luego la joven ¿esperanza? política que representa Ken Wind, el nuevo y siempre sonriente líder de masas que aspira a convertirse en el próximo ocupante del Despacho Oval, pese a las reticencias del actual y desquiciado presidente, que no suelta de su regazo el fatídico botón rojo… La amenaza atómica pende sobre las cabezas de todos.

El propio coronel Furia tendrá que tomar cartas en el asunto y encomendará la tarea de frenar a Elektra y Garrett a una de sus mejores agentes, Castidad McBride que, poco a poco, irá averiguando toda la información necesaria sobre la ninja, Garrett y la oscura división Optecex (que parece haber estado realizando experimentos no autorizados).

Se inicia un alocado juego del ratón y el gato en el que el propio Garrett, marioneta en las manos de Elektra, no sabe que es real y que no lo es, mientras esquiva los disparos, las explosiones, el regreso del peligroso Perry, a la S.H.I.E.L.D. y trata, junto a su 'compañera', de frenar los planes de la malvada Bestia.

Una obra ésta que solo puede ser calificada como única, hipnótica, genial, y que encumbró las carreras de sus autores, Frank Miller y Bill Sienkiewicz.

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