Cultura

Ingelmo: un premio al olfato

  • El periodista del Grupo Joly gana el premio de periodismo 'Juan Andrés García' del Colegio de Jerez por 'Pabellonistas', una mirada al ambiente del antiguo muelle de Cádiz

Ingelmo sostiene el trofeo junto a Carmen Collado (iz.), Pepa Pacheco (der.) y familiares de Juan Andrés García.

Ingelmo sostiene el trofeo junto a Carmen Collado (iz.), Pepa Pacheco (der.) y familiares de Juan Andrés García. / pascual

Empecemos de forma académica: Pedro Ingelmo, periodista del Grupo Joly actualmente destinado en el Diario de Cádiz, fue distinguido con el sexto premio 'Juan Andrés García' que entrega el Colegio de Periodistas de Jerez (antigua Asociación de la Prensa) por su trabajo 'Pabellonistas', en el cual relataba la forma en la que se movía todo el submundo -o supermundo, vista la efectividad del modelo- de los pescadores del puerto de Cádiz y sus particulares finanzas.

La entrega de premios fue en la viña 'El Majuelo' de Fundador, bajo los centenarios techos del Castillo de Macharnudo. Junto a él también se premió con la distinción 'Pluma de Oro' al portavoz de la Policía Nacional de Jerez, Adrián Domínguez Bezares, y se castigó -con todo el cariño del mundo- al Consorcio Provincial de Bomberos con la 'Pluma de Ganso' por lacerar a la Prensa, sus profesionales y a la ciudadanía con largos meses sin tener información. Nadie fue a recogerlo. Se dieron excusas. No colaron.

El comisario jefe de Jerez, Francisco José García Carrasco, acompañó a Bezares en este momento especial junto a varios agentes del CNP. La representación municipal recayó sobre la teniente de alcaldesa Carmen Collado, quien, acertadamente, sostuvo ante los presentes que "las Fuerzas de Seguridad y al Prensa son dos garantes del Estado de Derecho". Es un hecho.

Ahora de forma menos académica, sobre Ingelmo, se podría decir que lo que hizo la extinta Asociación de la Prensa de Jerez fue galardonar su olfato, su nariz, ese primer sentido (apéndice) del periodista de raza que le dice dónde hay un buen tema sobre el que escribir. No entremos en lo que sucede cuando la nariz dice que no hay de dónde tirar.

Pedro Ingelmo recordó sus años (dos décadas) en el Diario de Jerez donde encontrar una declaración oficial de la Policía que llevarse al papel era imposible. Y no hace tanto de ello. Tiempos en los que no había portavoces, donde cada gramo de información había que trabajárselo duramente porque nadie del otro lado (salvo excepciones) iba a ayudar en absolutamente nada. Había que tirar de profesionalidad. Y de olfato. Así se conseguía superar retos tales como averiguar prácticamente a la vez que la Policía dónde dormía la siesta un asesino sin detener (es un hecho absolutamente verídico). En aquellos años de la post-heroína, donde muchos empezaban a morir certificando un epílogo que se escribió con jeringas y litros de leche bajo el brazo, Ingelmo se erigió en cronista de una época que no convenía ser contada, ni sus muertos enumerados. Pero lo hizo. Éste es el compromiso.

'Pabellonistas', su reportaje premiado, conserva el candor de quien mira todo por primera vez, aunque sea escribiendo de personas que a la vez que le devuelven la mirada le hacen ver que han visto de todo mientras esperaban volver al amado puerto. Todo parece que ronda en torno al dinero, pero hay mucho más. Y es justamente eso lo que trasciende.

Ingelmo no aprovechará la dotación del premio, tal y como le solicita su esposa, 'Pucha', para sacarse el carné de conducir. Un Ingelmo sin volante cerca es algo que esta sociedad agradecerá eternamente. Además, centrarse en moverse sobre cuatro ruedas pisando un freno o un acelerador podrían despistarle de lo que mejor sabe hacer: meterte en una historia y hacerte sentir como sus protagonistas mediante el maravilloso hecho de la lectura: "Me entregáis de premio un trofeo con forma de micrófono y soy el peor orador del mundo", dijo. Un 'qwerty' es su medio de comunicación. Y es que a veces las teclas suenan a música celestial.

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