Nacida en 1987, Hamlet constituye a día de hoy (por mucho que les pese a los heavies más puristas), junto con Mago de Oz, la banda de heavy más importante del país. Sus más de veinte años sobre los escenarios y sus once discos (dos de ellos en directo) han terminado por convertirlos en una suerte de leyenda viva que se amolda a los nuevos tiempos transitando los distintos subgéneros que integran el prolijo mundo del metal.

Comenzaron con una maqueta hard rock, de la que abominaron rápidamente por considerarla un experimento que nada tenía que ver con la auténtica naturaleza del proyecto, para luego sacar, ya en 1994, su "primer" trabajo: Sanatorio de muñecos.

Los amantes del heavy metal corrieron a encuadrar su música dentro de lo que se conoce como 'nu metal' -esto es: heavy metal alternativo repleto de ritmos pesados, bajos adornados y riffs de guitarra muy trabajados- aunque ellos mismos afirmaron encontrarse más cerca del hardcore (dilemas semánticos…).

Sin embargo, con Insomnio (1998) terminaron dando la razón a sus críticos y se embarcaron en un periodo 'nu' en el que pasaron de las letras reivindicativas de corte político que caracterizó sus orígenes a unos registros líricos más intimistas y pasionales.

A mediados de la década pasada, Syberia supuso un punto y aparte dentro de su ya extensa carrera: comenzaron a trabajar con ritmos más lentos y melodías vocales alejadas del hardcore o el 'nu', dando lugar a una desbandada general de seguidores y a la llegada de nuevos y jóvenes fans.

Tras adoptar un tono más existencialista y contundente en sus últimos discos, Amnesia (2011) parece recuperar muchos de los rasgos que definieron los primeros años de Hamlet, acercándose al sonido de sus grandes influencias: Pantera, Sepultura o Slayer.

Aunque la formación ha ido variando sustancialmente a lo largo de los años, el espíritu de la banda se ha conservado intacto hasta la actualidad, gracias, sobre todo, al trabajo de J. Molly (voz) al frente de la formación.