La construcción de una promoción de viviendas en la finca El Carrascal, situada en las inmediaciones de la bodega Croft, ha dejado al descubierto uno de los primeros asentamientos humanos de Jerez lo que, lógicamente, deja paralizada la obra hasta que no se haga el correspondiente estudio arqueológico. De ello se está ocupando el director de la excavación, el arqueólogo Gonzalo Castro Moreno, quien explica que "se trata de una serie de seis enterramientos de cubrición de tébula, es decir, cubiertos con teja, de época romana, lo que significa que puede datar del siglo I antes de Cristo al II después de Cristo, aunque todavía estamos pendientes de hacer una cronología concreta".

También han aparecido silos (almacenes de grano) de época calcolítica (2000 a.C.), lo que supone que estos restos serían uno de los primeros asentamientos humanos en Jerez. Asimismo, hay otras fosas con cerámica bruñida (bronce final) lo que significa que su origen estaría entre los siglos VIII y XIX antes de Cristo.

Gonzalo Castro explica que "estos silos han sido utilizado luego como basureros, por lo que estamos encontrando gran cantidad de material cerámico: terra sigillata y también fragmentos de ánforas olearias y vinarias, es decir, cuya función era el almacenaje de aceite, vino y salazones".

Estas ánforas están todavía pendientes de estudio, aunque también sería de época romana. En cuanto a la terra sigillata se trata de una expresión latina que significa tierra (o cerámica) sellada, referida a un característico tipo de cerámica romana de color rojo brillante. Es similar a la temprana cerámica aretina, siendo ambos tipos emulaciones de originales metálicos más caros, por lo que muestran características esqueuomorfas (piezas que en cerámica reproducen formas concebidas en otro material). La cronología de estas producciones abarca desde el siglo I a. C. hasta mediados del siglo III.

El arqueólogo señala que "estamos hablando de uno de los primeros asentamientos romanos en la zona de Jerez. En el Museo Arqueológico Municipal ya se tenía constancia de asentamientos en la zona de Montealto (Los Villares) y esta necrópolis es una extensión de la que apareció en 2005"

Dicho asentamiento fue investigado por Esther López Rosendo, que dató restos arqueológicos correspondientes de la Edad del Cobre (2500 a.C.) y al Bronce Final (1000 a.C) con viviendas de tipo aldeano y almacenes subterráneos donde se guardaba el grano

En cuanto a los restos del calcolítico aparecidos ahora en El Carrascal, Gonzalo Castro reconoce que "probablemente se trate de uno de los primeros asentamientos humanos encontrados en Jerez".