Arqueólogos israelíes han descubierto una residencia monumental del siglo I, en la parte árabe del este de Jerusalén, que pudo haber pertenecido a la reina mesopotámica Helena de Adiabene, convertida al judaísmo y enterrada en esta ciudad.
El hallazgo, comunicado por primera vez en el día de ayer, se produjo en viejo aparcamiento junto a las murallas de la llamada "Ciudad de David", a unos cien metros de la mezquita de Al-Aksa. El historiador judío Flavio Josefo ha indicado que "probablemente" fue mandado a construir por la familia real de los Adiab. Los indicios apuntan a una lujosa mansión de al menos dos plantas. El edificio contiene varias salas, un baño ritual y un pasadizo subterráneo.
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