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Cultura

García León novela con documentos reales un posible atentado contra Franco

  • El historiador publica con Hélade 'Jaque a Franco. ¿Existió un plan de la masonería para asesinarlo?', una obra que habla del supuesto accidente del dictador durante una cacería en 1961

José María García León, con su nuevo libro en la hemeroteca de 'Diario de Cádiz'.

José María García León, con su nuevo libro en la hemeroteca de 'Diario de Cádiz'. / fito carreto

El historiador gaditano José María García León ha dado un pequeño salto a la ficción. Pequeño porque en la génesis de su nuevo libro no buscaba escribir una novela, pero salto al fin y al cabo porque la obra combina los personajes imaginarios con otros reales, y los sucesos históricos, convenientemente documentados, con escenas y diálogos inventados. El fruto final es Jaque a Franco. ¿Existió un plan de la masonería para matarlo?, una novela que García León ha publicado con Hélade Ediciones y en la que el autor relata qué pudo ocurrir alrededor del accidente que el dictador sufrió en 1961 durante una cacería.

El punto de partida de la novela es la noticia que Radio Nacional ofreció a las diez de la noche del 24 de diciembre de 1961, acerca de un incidente que pasó a la historia como un accidente. La escopeta con la que cazaba le estalló y le fracturó la mano izquierda. Hasta aquí la versión oficial, que García León enlaza con una carta, también real, que el entonces ministro del Interior, Camilo Alonso Vega, escribe a Laureano López Rodó y que el que fuera ministro de Exteriores de Franco recoge en su libro de memorias. En la misiva, Alonso Vega deja abierta la posibilidad del atentado.

La primera intención de García León fue la de ejercer de historiador. Manejó muchos documentos, consultó bibliografía y comprobó que el relato no se sostenía sólo con estos documentos y que había vacíos que un historiador no se puede permitir en un libro. Por eso, optó por hilar la historia a través de tres personajes inventados y, de esta manera, novelar aquel hecho histórico aportando como conclusión su propia teoría sobre lo ocurrido. Un periodista, un funcionario y una monja son, de esta manera, los personajes de ficción que se mezclan con los reales e históricos a lo largo de una narración que gira sorpresivamente en sus últimos capítulos.

Es el almirante Carrero Blanco quien comunica a Franco, al comienzo de la novela, que el accidente que sufrió manipulando su escopeta de caza ha podido ser un atentado. A partir de aquí, la historia va viajando entre Madrid, Sevilla, Rota y La Rioja, entre otros escenarios, en una trama que se mueve por los servicios secretos de la España franquista, la masonería y las conspiraciones de Estado. Así, construye un relato en el que aquel posible atentado a Franco -cuyos autores podrían esperar que la escopeta estallara cuando el dictador estuviera apuntando y no cuando tuviera el arma bajada- se convierte en una conjura de militares monárquicos, partidarios de don Juan, y auspiciada por la masonería.

Entre los ocho libros de investigación histórica que ha publicado hasta la fecha José María García León, hay algunos dedicados a la masonería. El gaditano conoce, pues, en profundidad cómo se forjó esta sociedad secreta y la influencia que pudo tener en las distintas etapas de la historia de España. Recuerda García León que Franco persiguió a los masones, pero puntualiza que "no a todos" porque centró fundamentalmente su labor en "los masones que le molestaban".

Advierte con alguna frecuencia García León que su obra no es una novela histórica, sino "una ficción basada en hechos históricos". Y explica que se ha acercado a la figura de Franco con ironía, pero que no ha caído "en la tentación de ridiculizarlo".

Al historiador gaditano le sorprende que en España se haya escrito mucha ficción de la guerra civil pero que no se haya hecho lo mismo con Franco. Del dictador hay, a su juicio, dos libros destacables: la biografía de Paul Preston y la de Ricardo de la Cierva. Muy distintas entre sí, destaca que al tratar su figura "no hay término medio".

Después de ocho libros de historia, obras en las que García león debe ceñirse a la documentación encontrada y a los datos verdaderamente comprobados, ahora reconoce que haber escrito una novela le ha hecho tener una "sensación de libertad" al saber que la fronteras de la ficción no están encorsetadas por la rigidez del dato histórico. Esta novela le ha dado a García León la posibilidad de "escribir sin estar tan pendiente de los pies de página". Dado el protagonista de la trama, sin la dictadura de los pies de página, podríamos añadir con licencia periodística.

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