Cultura

Fidelidad a la fidelidad

Terror, EEUU, 2012, 85 min. Dirección: Henry Joost, Ariel Schulman. Intérpretes: Katie Featherston, Kathryn Newton, Matt Shively, Brady Allen, Alisha Boe, Tommy Miranda. Guión: Zack Estrin, Oren Peli. Fotografía: Doug Emmett. Cines: Bahía de Cádiz, Bahía Mar, Ábaco San Fernando, Victoria, Yelmo, Ábaco Jerez, Cinesa Los Barrios.

La rapidez con la que se suceden las secuelas de Paranormal Activity, franquicia de cine de terror low-cost creada en 2007 por Oren Peli, tal vez no esté haciendo justicia a su verdadera importancia estética como saga que ha regenerado los más viejos y trillados mecanismos del género gracias a una barata, fabulosa y, todo hay que decirlo, rigurosa fidelidad a unos principios de estilo y puesta en escena que han hecho del dispositivo de las cámaras digitales, ya sean éstas de vigilancia, de mano o webcams, todo un ejercicio de aprovechamiento y exploración del plano, el espacio, la duración, la profundidad o las texturas de la imagen para resucitar los temores más acendrados del espectador habitual.

Paranormal Activity 4 no pasará a la pequeña historia de la saga como una entrega original ni especialmente novedosa en sus planteamientos narrativos, a pesar de su inquietante final con guiños a Carpenter y Romero. Se trata aquí, como en las dos entregas precedentes, de tirar de los hilos sueltos de las tramas anteriores y sus personajes para trasladar un mismo y sencillo esquema formal a una nueva y modélica casa familiar suburbial que se verá pronto sacudida por una serie de fenómenos paranormales de origen maléfico.

Sin embargo, lo que hace de esta cuarta parte una digna sucesora de las anteriores y un producto exploit de indudable interés es su absoluta fidelidad y rigor a la hora de extraer todos sus recursos de sugestión del propio dispositivo entendido como principio y final de las posibilidades y el potencial de la imagen (y también de lo que queda fuera de ella) como epicentro de un sistema de la mirada mecánica y deshumanizada dispuesta para seguir estimulando nuestros miedos en un entorno banal y cotidiano.

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