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Crítica de Cine cine

Dory presenta al pulpo Hank

buscando a dory

Animación, EEUU, 2016, 103 min. Dirección: Andrew Stanton, Angus MacLane. Guión: Victoria Strouse. Música: Thomas Newman. Cines: El Centro, Bahía de Cádiz, Bahía Mar, San Fernando Plaza, Sanlúcar Al Andalus, Las Salinas, Yelmo, Odeón.

Con independencia del juicio de la crítica, que además ha sido positivo y hasta entusiasta, Buscando a Dory ya forma parte de la historia del cine porque esta secuela de Buscando a Nemo es la película de animación con mayor recaudación en su fin de semana de estreno en Estados Unidos (136,1 millones de dólares), batiendo los récords de Los Minions, Frozen y Toy Story3. Y va en camino de convertirse en récord mundial. Es un dato importante pues, aunque hasta no hace mucho la historia del cine la haya ignorado, la taquilla forma parte fundamental de ella, no sólo en su aspecto industrial, sino como juicio del público.

La unión de Pixar con Disney es la de dos creadores -porque en este caso producción y creación son lo mismo- bendecidos con el don de crear gran arte y seducir al público batiendo récords de taquilla. De las diez películas de animación más taquilleras de la historia, seis son de Disney y/o Pixar (Frozen, Toy Story 3, El Rey León, Buscando a Nemo, Zootrópolis y Del revés). En cuanto a la veterana Disney, batió las recaudaciones anuales en 1937, 1940, 1943, 1950, 1953, 1955, 1961 y 1967, eclipsándose relativamente tras la muerte del fundador para resurgir en 1992 con Aladdin y volver a liderar la taquilla con las películas antes citadas. Ambas aman y respetan al público y el público ama sus inteligentes y hermosas producciones. Pero vayamos con Dory.

Algunos le exigen a Pixar que se supere cada vez, que sus guiones sean más duros, que sus temáticas sean más adultas y complejas. Pero Pixar y Disney hacen animación. Y la animación -y ésta es una de las claves de identidad del cine como ha sido al menos hasta la era digital- es fundamentalmente infantil porque los adultos siguen valorando más la imagen real. Lo que no quiere decir que los intereses de ambos puedan unirse, unas veces divirtiendo a los niños con películas más bien adultas (casos de Up! o Del revés), otras divirtiendo a los dos con películas que entusiasman a niños y adultos (Toy Story 1 y 3) y otras divirtiendo a los adultos con películas de mayor acento infantil. Y éste es el caso de Buscando a Dory.

Más simple que Buscando a Nemo, y desde luego que los Pixar-Disney más conceptuales, no es menos divertida, ni carece de detalles extraordinariamente inteligentes. El pececito sin memoria -lo que ya era un hallazgo genial- se erige en protagonista. Y junto a ella debuta un protagonista extraordinario, el meditabundo pulpo Hank, experto en camuflajes, la gran aportación de esta película que se merece un largometraje para él solo. Hay otros nuevos personajes divertidísimos (el pez hipocondríaco) y muchos que aunque aparezcan un segundo -los dos erizos del principio, los cangrejos- son marcas de ingenio que logran que la sonrisa sólo sea borrada por la risa o por la emoción. Hay una perfecta alternancia de humor, emoción y acción, y un acabado tan perfecto técnicamente y original en la creación de las criaturas como las dos casas exigen. Dirigen Andrew Stanton (Bichos, Buscando a Nemo y WALL.E) y Angus MacLane (en su debut en el largometraje tras trabajar en cortos). La estupenda música, como era de esperar, es del gran Thomas Newman. ¿Un Pixar-Disney menor? Tal vez. Pero en esta gente lo menor es más grande que lo mayor de otros. Hay que tener narices para basar una película en un pez amnésico y un pulpo melancólico. Es necesario darle a esta divertida, tierna, inteligente y encantadora película sus cinco estrellas simplemente porque no hay seis para las otras.

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