Thriller, Francia, 2013, 115 min. Dirección: Julien Leclercq. Guión: Abdel Raouf Dafri. Intérpretes: Gilles Lellouche, Tahar Rahim, Riccardo Scamarcio, Raphaëlle Agogué, Mélanie Bernier. Fotografía: Thierry Pouget. Música: Clinton Shorter. Cine: Bahía Mar, Cinesa Los Barrios.

En la estela de Bourne pero con una cierta mayor sobriedad estilística y una supuesta intención de denuncia, esta película trata -en plena apoteosis de la conspiranoia- de como las cloacas del Estado dejan sin protección a una de las ratas que utilizan. En este caso se trata de un desesperado que acepta trabajar para quienes después dirán que no lo hacía para nadie -las autoridades traidoras, los Estados conspiradores, la ley actuando como sus enemigos- en un Gibraltar presentado como un puerto franco de terroristas y narcotraficantes.

El guionista de El profeta, Abdel Raouf Dafri, parece haberse dedicado en este caso al cine de oficio sin pretensiones de profundizar en las cloacas que abre. Las muestra como escenario de una historia que puede llegar a ser conmovedora gracias a la mala cabeza y el mal fario de su protagonista; y a las buenas interpretaciones de Gilles Lellouche y Tahar Rahim (también intérprete de El profeta).

Aunque el problema, al parecer, no está en el guión -cuya manipulación ha sido denunciada por su autor- sino en el director Julien Leclerq, que no da para más. Cine de suspense y acción correctamente realizado. No es poco pero, al parecer, había mucho más en el guión original. Y aún hay que agradecerle a Leclerq esta dedicación al cine de oficio y que, tras su tan superficial como pretencioso debut en Chrysalis, se haya dedicado a la acción sin mayores pretensiones que las de entretener abordando temas en principio políticamente complejos (el rescate de unos rehenes en El asalto, el narcotráfico y las cloacas del Estado en esta The Informant) que él simplifica reduciéndolos a decorados para hacer variaciones sobre el cine negro y el de espías.