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Cultura

Convincentes parámetros artísticos y sociales

Paco Mármol nos convenció como artista hace ya tiempo. Lo hizo cuando trabajaba en aquella pintura de tintas planas, carácter reduccionista y planos cromáticos rotos por geometrismos esféricos de profunda dimensión plástica. También lo hace ahora, cuando ha trocado los elementos abstractos de antes por la rotundidad de una personalísima figuración que ilustra, con mucha determinación, una realidad en la que la forma y el concepto quedan perfectísimamente definidos para alcanzar un objetivo que atrapa la mirada y cautiva el espíritu.

Asistimos a su última comparecencia en la granadina Corrala de Santiago, un bello espacio expositivo dependiente de la Universidad de Granada hasta cuyas salas acceden importantes artistas, conformando ese importante paisaje artístico existente en la ciudad de la Alhambra. Allí, el artista gaditano dejó una significativa impronta de muy buen hacer y conquistó una parcela geográfica acostumbrada a las mejores experiencias y a los artistas de mayor trascendencia -Paco Mármol acudió a Granada en un momento en el que la ciudad estaba copada por importantísimas exposiciones de artistas de la categoría de Cristina Capilla y Santiago Ayán (Palacio de los Condes de Gabia), Álvaro Albaladejo y Cristina Ramírez (Salas del Parque Tecnológico de la Salud), Juan Vida (Centro Damián Bayón) y Louis Faurer (Centro José Guerrero)-. En aquel circuito de tanta trascendencia creativa, Paco Mármol ofreció una personalísima realidad pictórica en la que trascendió su contundencia creativa y su absoluta intensidad figurativa.

Una cuidada exposición de dibujos realizados a bolígrafo BIC nos pone en sintonía con la obra de un Paco Mármol dominador, intérprete genial de un dibujo exquisito y sin fisuras; sabio transmisor de una figuración que él transmite con determinante potencial artístico. La muestra tiene dos estructuras claramente diferenciadas. Por un lado nos encontramos la ingente capacidad pictórica del artista, la fortaleza dibujística, la claridad representativa, la fina línea argumental que ilustra una realidad sin reveses, definitiva y llena de sentido creativo. Desde las escuetas posiciones conformantes del bolígrafo, el artista gaditano suscribe una máxima dimensión representativa; una realidad que abruma a la mirada por su perfección y unas calidades técnicas que inquietan. Una fina y elegante línea dibujada que crea una serie de imágenes protagonizadas por un conjunto de animales planteados desde una pulcritud apabullante, una poderosa contundencia formal y dominio absoluto del desarrollo del dibujo. Junto a cada animal representado -león, tiburón, gorila, oso polar, tigre, águila imperial, rinoceronte, atún, orangután y elefante-, Paco Mármol pinta una imagen simbólica del mismo que descubre y explica la realidad que sufre cada uno de ellos para que su existencia esté en cuestión y su final demasiado cercano. Y aquí reside la segunda intencionalidad del artista: plantear una fuerte denuncia social sobre la realidad de estos animales abocados a un final imparable.

La exposición en La Chanca conileña nos conduce por los parámetros impactantes de un artista total que pinta la realidad sin resquicios, con todos sus argumentos representativos y toda su carga emocional dispuesta para crear la mayor inquietud.

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