Carlos Chaouen es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes poetas y músicos que han surgido en Cádiz a lo largo de la última década; pero también es, asimismo, uno de los autores menos conocidos del panorama musical patrio, probablemente porque al propio Chaouen le importa muy poco el tamaño de los oídos de la industria.

Nacido en San Fernando en 1974 se trasladó a Madrid a los doce años para montar sus primeras historias musicales y profundizar en su otra gran pasión: la Psicología. No en vano, es máster en Psicoanálisis y llegó a impartir clases mientras se doctoraba.

Nada de esto (sus estudios) tendría el más mínimo interés de no ser porque sus letras escarban en la condición humana con una precisión y una concisión sorprendentes. Chaouen no se limita a juntar palabras rimbombantes que suenen cultas o bien; expresa ideas, conceptos y sentimientos universales acerca del amor, la paz, el medio ambiente o la existencia.

Después de probar con un grupo de rock alternativo, Crápulas Flor, a mediados de los noventa del pasado siglo se embarcó en su prolífica y extensa carrera en solitario, que dio a conocer con su participación en un disco en el que se incluía el trabajo de los nuevos cantautores españoles (Cantautores: la nueva generación). Además empezó a actuar en los garitos más añejos de la capital junto con otro cantautor célebre: Quique González.

Un año después, en 1998, saca su primer y homónimo trabajo, y dos años después le llega el reconocimiento por parte de críticos y compañeros de profesión gracias a Maldita, que recibe diversos premios.

A mediados de la década pasada empieza a colaborar con artistas de renombre y se embarca en viajes y giras que lo llevan a países como Palestina mientras temas como No me canso alcanzan el número uno en las emisoras españolas.

Con Tótem (2005) realiza incursiones más específicas en el rock sin olvidar su acento, su mentalidad y su estilo marcadamente gaditanos, que lo llevan a colaborar con Diego el Cigala, Kepa Junkera o incluso Marea.

Tras autoproducir su sexto trabajo, embarcarse en varias giras y recibir diversos premios, a finales del año pasado presenta el que es, por ahora, su último disco: Respirar.

Se trata de una colección de doce canciones en las que el cantautor gaditano parece alcanzar cierta forma de madurez gracias a la contención de sus letras y a la inteligencia con la que mezcla diferentes palos sonoros como el rock o el rap sin desbarrar en ningún momento.

Esta noche, a partir de las once y media de la noche, la sala Supersonic acogerá su nueva colección de pulmones para aquellos que han olvidado cómo respirar adecuadamente.